Los presidentes de las tres comunidades autónomas que aún tienen en el carbón un sector estratégico (Aragón, Asturias y Castilla y León) reivindicarona ayer «más tiempo» para poder acometer una transición energética justa, por el interés de estos territorios pero también por el propio sistema energético.

Tras la reunión, en una rueda de prensa, se refirieron a la transición energética hacia las renovables desde el carbón. Lambán aseguró que «nadie niega» que hay que tender a medio plazo a la desaparición de energías fósiles, pero una transición justa es «imposible» si las centrales se cierran en el 2020.

A su juicio, y así se lo trasladó Lambán a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, hay que «suavizar» estos plazos, incluso por el interés del propio sistema energético y por la garantía de precio de la energía.

«Transición es transición, no precipicio», enfatizó Herrera por su parte, y recordó, por otro lado, que en una época «bien reciente» de España el carbón autóctono ha salvado la economía al proporcionar la energía que no podían dar otros métodos por circunstancias relacionadas con el clima.

Herrera señaló que los objetivos «más extremos» de la UE para el cierre de las centrales se sitúan en el 2030, y por eso instó a que en España no se sea «más papistas que el Papa», puesto que en este país se está planteando el cierre diez años antes «y sobre todo sin alternativas claras» para las comarcas que «siguen teniendo en el carbón uno de elementos fundamentales de supervivencia».

Por eso, la alternativa pasa por hacer una reserva de carbón nacional, sobre todo al haberse comprobado que tiene más garantías laborales que el que viene de fuera. Y, a su vez, la alternativa, cuando se habla incluso de la creación de un fondo europeo para este fin, debe dirigirse a impulsar energías limpias que, como la biomasa, se puedan ligar con otros objetivos que tienen las comunidades, como la preservación del medio natural.