La autopista ARA-1, a la altura de Villafranca, se encuentra cortada al tráfico a causa de un derrumbamiento debido a la crecida extraordinaria del Ebro. El agua se ha filtrado por debajo de la calzada, lo que ha provocado el destrozo de los dos carriles en sentido de la N-2 a la N-232. Ha ocasionado también daños en los carriles de sentido contrario.

Los habitantes del municipio lamentan las graves pérdidas ocasionadas por la crecida y el alcalde de la localidad ha incidido en el malestar general de la población. Además, se encuentran espectantes ante la posible evacuación de Pina de Ebro, ya que de producirse el desalojo, los ciudadanos seían acogidos en Villafranca.

A media noche la megafonía del Ayuntamiento de Pina de Ebro ponía en alerta a los vecinos. Desde el consistorio se avisaba a todos los habitantes que a partir de las 6.00 horas podrían tener que desalojar su viviendas, ya que la crecida del Ebro amenazaba con introducirse en este municipio de casi 2.600 habitantes. La punta de la crecida está prevista a las 12.00 horas.

Protección Civil ha decidido, en colaboración con el Ayuntamiento de Pina de Ebro y con los técnicos del operativo coordinado por el Centro de Coordinación Operativa en Emergencias (CECOP), aplazar hasta las 13.00 horas la decisión sobre la posible evacuación del municipio por la crecida del río.

Fuentes del Gobierno de Aragón han indicado que el freno del caudal del Ebro que se está registrando en estos momentos en la zona aconseja extremar la prudencia antes de adoptar una decisión definitiva, si bien los técnicos continúan analizando el comportamiento del río y el operativo de evacuación está preparado.

Así se ha decidido en la reunión del Centro de Coordinación Operativa en Emergencias celebrada a las 8.00 horas de hoy para estudiar esta posible evacuación preventiva de los vecinos de Pina de Ebro.

A las 13.00 horas volverá a reunirse el CECOP en el Centro de Coordinación del 112 SOS Aragón, así como el Puesto de Mando Avanzado ubicado en Pina de Ebro.

Todo ello pese a que, durante el día, las previsiones de la CHE que manejaba el Gobierno de Aragón indicaban que el nivel del agua se quedaría un metro por debajo de la altura actual de la mota, un metro por debajo de la anterior. Ya a media tarde la alcaldesa indicaba que la situación no era "tranquila" en el pueblo, y seguían reforzando caminos como diques. El sábado, la mota agraria de la margen derecha ya se había roto, anegando campos y la carretera A-1107.

El nuevo desalojo llegaba pasada la resaca de los de Pradilla y Boquiñeni, cuyos vecinos pudieron volver a sus casas ayer, en el primer caso, y lo harán desde las 7.00 horas de hoy, en el segundo.

Los mayores problemas, Pina aparte, se registraron ayer en Alfocea, donde 40 vecinos tuvieron que ser desalojados por los bomberos, tres de ellos rescatados por la Guardia Civil.

También fueron desalojados por la tarde los 11 vecinos de la urbanización ilegal Los Huertos de Alfajarín, que anteayer se negaron a marcharse.

En la capital, sin embargo, el río se convirtió más en un espectáculo para los vecinos en los puentes. Ya por la noche, las filtraciones sí obligaron a cortar la avenida Ranillas e inundaron garajes en el Actur.

Los ojos de la CHE y la DGA se centran pues en la ribera baja, donde se traslada el puesto de mando avanzado y el grueso de los efectivos de emergencia para asistir en la evacuación de Pina.

Lejos queda ya la relativamente tranquila noche del sábado al domingo, en la que los efectivos de Sarga estuvieron reforzando la mota de Sobradiel y Alcalá. En Cabañas hubo más preocupación por las grandes filtraciones, pero alrededor de las 6.00 horas la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya achicaba más agua de la que entraba.

Por la mañana, tras constatar en un vuelo que ningún casco urbano de la ribera estaba anegado, Protección Civil decretó el realojo voluntario en Pradilla, salvo para los impedidos. En Boquiñeni, la UME terminó el puente para salvar la carretera rota, que ya se puede usar.

En Utebo, el agua se filtró por las canalizaciones y obligó también a cortar el agua de boca. Su alcalde, Miguel Dalmau, criticó que si la depuradora estuviese construida desde el 2008, no hubiese habido problemas.