El sector del automóvil en Aragón respira aliviado. La ratificación del preacuerdo por parte de la plantilla de Opel España ha despejado su futuro a medio plazo, algo vital para los intereses de la economía aragonesa. Si todo sigue el guion marcado, en el horizonte se divisan ocho años de estabilidad tanto en la fábrica de Figueruelas como en la industria auxiliar. También la llegada de inversiones y más empleos. Por eso, el sí al principio de acuerdo fue recibido ayer con los brazos abiertos por el Clúster de Automoción de Aragón, cuyas primeras palabras fueron de agradecimiento hacia la plantilla. «Hay que destacar la generosidad de los trabajadores, que van a renunciar a derechos adquiridos por el beneficio de la planta y de toda la industria auxiliar», subrayó el gerente del clúster, David Romeral.

No hay que olvidar que la amenaza de PSA de llevarse el Corsa de Figueruelas y dejar solo una línea de producción ponía en serio riesgo unos 5.000 puestos de trabajo (2.000 en Opel España y 3.000 en su industria auxiliar). Una amenaza que, tal y como recordó Romeral, era «muy real», ya que cualquiera de las tres plantas de PSA en la península o la que está construyendo en Marruecos podría fabricar sin problemas el Corsa. «Esto no era como antes, cuando Opel no tenía niguna fábrica en el sur de Europa; la competencia ahora es mucho mayor», insistió.

El plan industrial que la mayoría del comité ha logrado arrancar a PSA incluye la llegada de la sexta generación del modelo en noviembre del 2019, lo que garantiza la «estabilidad» en la planta y en su industria auxiliar durante ocho años (la vida productiva de cada modelo es de unos seis años). El citado plan, además, prevé alcanzar la capacidad máxima de la factoría, unos 478.000 coches al año. Aproximarse a esa cifra generaría un «impacto positivo» en el empleo de las auxiliares. Romeral prefirió no aventurar una cifra y se limitó a recordar que el incremento de producción registrado el año pasado por Opel España, cuando pasó de 360.000 vehículos en el 2016 a 383.000, generó unos 800 empleos en las firmas proveedoras.

LAS ADJUDICACIONES DE PIEZAS

Por otra parte, la llegada del nuevo Corsa requerirá inversiones en la industria auxiliar aragonesa de hasta 150 millones de euros. Una inyección económica que deberá empezar a moverse en cuestión de días, ya que a menos de dos años para el lanzamiento de la próxima generación del modelo no hay constancia de que la compañía haya adjudicado contratos de piezas o componentes a proveedores de la comunidad. «Esperamos que en las próximas semanas se empiecen a confirmar las adjudicaciones», indicó Romeral, que recordó que en torno a medio centenar de empresas aragonesas están ligadas al Corsa.

Aunque la ratificación del preacuerdo allana el camino, el clúster apostó por no bajar la guardia y seguir mejorando la eficiencia y productividad del sector. «Cada cierto tiempo nos harán exámenes de competitividad; si trabajamos todos juntos (Opel, auxiliares, centros tecnológicos...) los pasaremos», señaló Romeral.

La Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza también destacó los efectos positivos del acuerdo en un sector que supone el 30% del empleo industrial de la comunidad.