A lo largo de la negociación, y sobre todo la última semana, los sindicatos han logrado suavizar el recorte que quería imponer la dirección. En materia salarial, la compañía comenzó planteando una reducción del 6% en el 2018 y congelación hasta el 2022. Al final, solo habrá un año de congelación (2018), mientras que en el 2019 y el 2020 el incremento será del 50% del IPC real y del 60% en 2021 y 2022.

Por otra parte, el preacuerdo establece que los pluses por nocturnidad y festivos se recortarán un 5% en lugar del 10% que había planteado la empresa. Lo que no han conseguido salvar los sindicatos es el complemento por calendarios especiales, que se eliminará progresivamente en cinco años.

Las pausas, otro de los escollos de la negociación en los últimos días, se reducirán en cinco minutos (se pasará de 40 minutos a 35), en lugar de los diez minutos que exigía la dirección la pasada semana. Así, los trabajadores tendrán una pausa para el bocadillo de 17 minutos y cuatro descansos de nueve minutos cada uno.

Además, los sindicatos también han logrado un plan industrial que garantiza el mantenimiento de las dos líneas de producción y la llegada del Corsa en el 2019. También se restablece el contrato de relevo, aunque a partir de julio los relevistas ya no tendrán contrato indefinido.