En contadas ocasiones los partidos de izquierdas ayer sumaron las fuerzas necesarias para avanzar en medidas de futuro con un contenido ideológico compartido. Una de ellas fue la de aprobar la revisión de los «privilegios» que disfruta la Iglesia en impuestos como el de bienes inmuebles (IBI) del que están exentos y que, en aplicación estricta de la ley, podría reportar a la ciudad «más de dos millones de euros», «cuatro», según Chunta, impulsor de esta moción.

Así lo deberá ratificar el estudio que, junto a ZeC, PSOE y Ciudadanos (C’s) decidieron elaborar ayer, con el único voto en contra del PP. Todos señalaron que algunos de los edificios ahora exentos se dedican a la actividad económica y que esta es, según la ley, una excepción para no disfrutar de la gratuidad. Como ya han hecho otras ciudades, centros privados y concertados educativos o museos deberían pagar este tributo como otros colectivos que «hacen la misma labor social y pagan religiosamente», señaló el nacionalista Carmelo Asensio.

Para la conservadora María Jesús Martínez del Campo, esta iniciativa era «ganas de hacer ruido» por su «manía persecutoria» hacia la Iglesia católica. «Meterse con ella es un clásico», dijo.