De azote del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) a defensor de la gestión de los de Santisteve. El presidente del comité de huelga de Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA), Javier Anadón, compareció ayer en el pleno extraordinario celebrado para analizar la gestión del Gobierno municipal durante la huelga de 123 días en el bus urbano y dio un buen espaldarazo a ZeC al centrar todos su ataques en los concejales de la oposición.

Quien durante casi cuatro meses criticó hasta la saciedad que el Ayuntamiento de Zaragoza no interviniera en el conflicto ni mediase para lograr una solución, ayer apenas dedicó un minuto a plantear esas quejas. Todos los dardos de los representantes sindicales de los trabajadores se dirigieron a la oposición. A los "ilustrísimos concejales" de la oposición municipal, a quienes Anadón recomendó que "se fueran a confesar".

Les pidió que fueran a confesarse porque, según él, ninguno deseaba el fin de la huelga porque conseguían sacarle rédito político a cuenta de "atacar la línea de flotación del Gobierno municipal". Por eso, el líder sindical criticó que "si les hubiera interesado solucionar el conflicto --continuó--, habrían hablado con las partes". Y denunció que la única propuesta fuera subir los servicios mínimos.

Apoyado por una decena de representantes sindicales, que mostraron pancartas en contra del modo de resolver conflictos anteriores "con más dinero público", Anadón terminó reclamando de nuevo la municipalización del servicio. Y aquí sí miró a ZeC. "Queremos ya pasos decididos para que los zaragozanos puedan disfrutar de un servicio realmente público y de la calidad que merecen".