El frío y la nieve no causaron grandes problemas en el aeropuerto de Zaragoza, que vivió una jornada sin incidencias de consideración -no al menos como las que han sufrido otras infraestructuras aragonesas- más allá de la derivación de un vuelo a Madrid. Este fue el único contratiempo que se contó en la terminal y que protagonizó un avión de carga con destino a la capital aragonesa. No pudo aterrizar a causa de la baja visibilidad y, por ello, tuvo que ser derivado al aeropuerto de Madrid.