En unos sitios hacía frío, en otros casi un tiempo primaveral, pero Melchor, Gaspar y Baltasar volvieron a cumplir su compromiso con los niños aragoneses y dejarles sus regalos. No fue una tarea fácil, porque Aragón es una comunidad grande y tiene muchos municipios a los que acudir. Pero los Reyes de Oriente no se arredran y ayudados de su magia y de varios medios de locomoción, llegaron puntuales a todas las cabalgatas y a todos los hogares.

Son tan importantes que en todos los sitios fueron recibidos por los alcaldes y alcaldesas y obsequiados con todo tipo de halagos: espectáculos de música, de sonido, discursos, besos, abrazos... y también dispusieron de todo lo necesario para cumplir con su misión por la noche. Hasta escoltas policiales.

Así, en el municipio de Mequinenza como está a la orilla de un embalse llegaron en barca, fueron recibidos en el ayuntamiento y desfilaron por las calles hasta la iglesia.

En Barbastro este año les acortaron un poco el recorrido porque sus majestades quisieron hacer cuatro paradas para que los niños pudieran subir a sus carrozas. Pero desfilaron con percusionistas, animadores, los muñecos de Disney, las Damas de las Fiestas, la banda de música, los Gaiters d’o Somontano y los niños del Grupo Scout.

En Alcañiz llegaron cargados de 500 kilos de caramelos, 10.000 serpentinas y rodeados de casi 200 personas y animalillos del mundo marino.

En Monzón, es tradicional que los Magos lleguen en tren. Van cómodamente sentados y pueden descansar un poco. Porque también acuden a las estaciones de esquí o se desplazan en moto de nieve, en esquís o en telesilla. Este año optaron por este transporte, por ejemplo, en Cerler.

Los Magos no se olvidaron de los niños que están enfermos y recorrieron ayer los hospitales de la comunidad, salvo el Infantil, al que llegarán hoy. En el Clínico tuvieron que necesitar la grúa de los Bomberos de Zaragoza, que los elevó hasta las ventanas de la sexta planta.

En Huesca tuvieron un recibimiento lleno de luz y color, con salida al balcón del casino incluida y rodeados de más de 300 personas.

En Teruel quisieron dejar una huella dulce y aterrizaron cargados con 3.000 kilos de caramelos, 10.000 piruletas de corazón, 1.300 kilos de confeti y más de 20.000 pequeños juguetes de plástico, además de ¡33kilos de carbón! Ni los gigantes Diego e Isabel quisieron perderse la cabalgata.

Los Reyes, en Tarazona, estuvieron acompañados de personajes de cuentos y películas infantiles, pastores, pastoras, pequeños héroes...

Y así, todos los pueblos de la geografía aragonesa estuvieron invadidos por la magia y la ilusión.