Barcelona se enfrenta a una semana marcada en rojo por las fuerzas de seguridad. El modo en que se desarrollen las movilizaciones previstas para la festividad del Primero de Mayo y para la cumbre del Banco Central Europeo (BCE), que se celebrará los días 3, 4 y 5 indicarán si el anuncio de un despliegue policial mastodóntico, los tres encarcelamientos preventivos, el anuncio de reformas penales y la creación de una web de delación de vándalos han tenido efecto disuasorio entre los antisistema violentos o si, antes al contrario, solo han contribuido a caldear aún más el ambiente.

En cualquier caso, la ciudad encara estos días absolutamente blindada por policías. Para evitar que los antisistema puedan boicotear la cumbre del BCE van a desplegarse en Barcelona 7.000 mossos d'esquadra, policías nacionales y guardias civiles, en el que se supone el mayor operativo policial de orden público en la ciudad desde los Juegos Olímpicos. Los Mossos han desplazado agentes de toda Cataluña a la capital, donde movilizarán a 4.500 agentes. A ellos se sumarán 2.500 policías nacionales y guardias civiles llegados expresamente para la cumbre.

La primera prueba, no obstante, será mañana. Los Mossos temen que los antisistema violentos, igual que hicieron el 29M, vuelvan a ampararse en una jornada de multitudinarias manifestaciones de trabajadores para protagonizar el caos. "500 o 1.000 violentos solos, aunque sean muchos, son más fáciles de enfrentar que 500 o 1.000 violentos en una jornada en que se manifiestan miles de personas", comenta un responsable policial que cree, además, que ya estarán en Barcelona los antisistema violentos de otros países que se hayan desplazado a la ciudad para la cumbre del Banco Central Europeo. "Los que tuvieran pensado venir ya estarán aquí con lo que tememos que pudieran intentar actuar ya mañana", según señala ese responsable.

A la cita del día del Trabajo se llega con los sindicatos y los Mossos más distanciados que nunca. La detención y encarcelamiento de una responsable de la Confederación General de Trabajadores por quemar una caja con papeles (CGT) delante de la sede de la Bolsa ha crispado mucho a los integrantes del sindicato en el seno de cuya manifestación del pasado 29 de marzo se produjeron los disturbios más graves.

Además, el arresto en su puesto de trabajo --con cacheo y esposas, incluidas-- de dos delegados sindicales de CCOO y UGT en la planta de automóviles de SEAT para que fueran a declarar por la presunta agresión a un mosso ha causado un profundo malestar en los sindicatos mayoritarios, donde se interpreta esa acción "como la intención de la consejería de Interior de meter miedo a los sindicatos e intentar que la gente no salga a la calle a manifestarse".