Recordaba ayer Adolfo Barrera, ya como excoordinador general de IU en Aragón, que cuando dejó su Madrid natal para emprender el nuevo camino en tierras aragonesas lo hizo con una canción de La Bullonera en mente. «Venimos simplemente a trabajar, como uno más, a arrimar el hombro al tajo», citó.

De aquello han pasado ya 15 años y Barrena, visiblemente emocionado y con la voz entrecortada, se despidió con un sentido discurso, interrumpido varias veces por los aplausos. «Paso página, pero no cierro el libro», dijo. Se acordó Barrena de los que estuvieron, de los que están y de los que estarán. «Lo que más me gustó siempre de Aragón fue su sentimiento de izquierda, de movilización, de participación ciudadana. He sido uno más al lado de la militancia y ahí continuaré», recalcó.

El excoordinador habló del «orgullo» y el «placer» que había sido para él «defender a una clase, mi clase», dijo. Y también se refirió a las derrotas. «Hemos sufrido unas cuantas porque somos de izquierdas, pero no perfectos. Siempre lo hice lo mejor que sabía», señaló.

Barrena también se marchó pidiendo «perdón» por si había enfadado a alguien. Y ahí se acordó con ironía del PP. «Creían que me molestaba que me llamaran el diputado de la pancarta y la camiseta, pero no sabéis lo que me alegraba serlo y poder demostrarlo en la calle. Cuantas más veces, mejor», matizó. Alzó el puño. Adiós. Y el salón de actos se puso en pie.