El Departamento de Medio Ambiente de la DGA y la Federación Aragonesa de Pesca están estudiando la puesta en marcha de varias medidas de emergencia para tratar de evitar la mortandad de peces en los ríos aragoneses si, tal y como apuntan todas las previsiones, se mantiene la situación de sequía. Las dos entidades se comprometieron a "estudiar posibles medidas piscícolas" en una reunión mantenida hace unos días por el consejero, Alfredo Boné, y el presidente de los pescadores, Ramón Rodríguez, según explicaron fuentes de la DGA.

Por el momento, explicaron las mismas fuentes, Medio Ambiente está manteniendo una vigilancia más intensa sobre la margaritifera auricularia , un molusco bivalvo que se encuentra en peligro de extinción, para evitar que la sequía diezme más su reducida colonia. Con todo, hasta la fecha no han llegado a registrarse daños en la especie.

COLABORADORES EN ALERTA La Federación de Pesca se ha dirigido a todas las sociedades que la integran y a sus colaboradores para que recopilen datos sobre la situación de cada cuenca fluvial y alerten en caso de emergencia. "La situación es algo mejor que la semana pasada, pero eso no quiere decir que no debamos estar preparados", dijo Rodríguez.

Pescadores y Administración tienen listas una batería de medidas para ir aplicándolas conforme puedan requerirlo la falta de caudales o la presencia de vertidos, cuya nocividad se multiplicará este año por la escasez de recursos. Entre otras medidas, se encuentran efectuar capturas y sueltas en los tramos de río afectados e, incluso, llegar a vedarlos para asegurar su mantenimiento. "Estamos a la expectativa. A partir de ya, estamos como los bomberos", indicó Ramón Rodríguez.

La Federación de Pesca dispondrá este año de una cuba para salvamentos en la provincia de Teruel, donde hasta ahora no la había tenido. Sus cubas son de menor capacidad que las del Gobierno de Aragón, con cuyos técnicos ambientales colaboran. No obstante, sí son más maniobrables.

Rodríguez señaló que la zona de mayor riesgo para las especies piscícolas se localiza este año en la margen izquierda del Ebro. Según dijo, "el nivel de alerta no es todavía elevado", aunque sí se ha comenzado a disparar en algunas zonas.

Entre otras, señaló el Cinca, y, especialmente, su tramo de cabecera, habitado por especies de salmónidos --trucha, principalmente-- más sensibles a la falta de agua que otros peces como los ciprínidos --carpas, etcétera--. Estos últimos resisten mejor la reducción de caudales, la menor oxigenación del medio acuático y el aumento de la temperatura en el mismo.