El nuevo tiempo político que se abre en España tiene su reflejo directo en la comunidad. Y como era de esperar no ha sido recibido con agrado en las filas del PP. El presidente de la formación, Luis María Beamonte, cargó ayer duramente contra el recién designado presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que llegó acusar de pactar «con los amigos de ETA».

Los populares han vivido dos jornadas de nervios que se han dejado notar en la sesión de control que ayer tuvo lugar en las Cortes de Aragón. Referencias indirectas de los diputados, atención máxima en las redes sociales. Y la constatación de que las principales instituciones del Estado han dejado de estar bajo su control, algo que necesariamente habrá de repercutir en la agrupación aragonesa. «Se ha consumado el triunfo de Pedro Sánchez, pero evidentemente no se ha consumado el triunfo de la sociedad española», afirmó Beamonte en una rueda de prensa convocada durante la sesión plenaria.

El líder popular habló incluso de «traición» por el voto favorable de los partidos independentistas que ha recibido. «No sé cómo el señor Sánchez podrá mirar a las familias de las víctimas del terrorismo, si es que es posible que les mire a la cara y no se le cae de vergüenza», enfatizó.

Y confió en que la dura aritmética y la necesidad de realizar pactos con un gran número de partidos frustre las aspiraciones de Sánchez. «No tiene más programa que el presupuesto del PP y no hay más acción que recuperar el poder por el poder» dijo.

«bipartidismo» / Las caras fúnebres en la bancada del centro derecha también se pudieron observar entre las filas de Ciudadanos. La portavoz en la comunidad, Susana Gaspar, acusó al «bipartidismo» del PP y del PSOE de eludir la convocatoria de unas elecciones generales para que sea la ciudadanía la que decida qué gobierno quiere. «Han decidido ellos en los despachos», enfatizó al reconocer que para Ciudadanos fue «un mal día» el constatar cómo el PP y PSOE no han sido capaces de solucionar una crisis que además pone el riesgo el acercamiento, vía impuesto de sucesiones, que habían logrado con el Gobierno de Aragón.

Por su parte, el dirigente autonómico, Javier Lambán, en otras épocas notoriamente enfrentado con Sánchez, publicó un tuit de agradecimiento y ofreció todo su «apoyo» y también «toda la colaboración que necesite». El socialista reclamó además que la nueva gestión estatal sea «fructífera con Aragón» a la espera de los cambios que se puedan producir. Como suele suceder en estos casos las quinielas a la hora de avanzar ministros han comenzado a circular.

Con parecidas indicaciones de exigencias para la comunidad se manifestaron los portavoces de IU, CHA o Podemos. Por el momento existe un voto de confianza que deberá manifestarse con acciones concretas. «Se necesita una nueva agenda política, económica y social, que es lo importante después de que haya triunfado la moción de censura», indicó la diputada de la federación de izquierdas, Patricia Luquin.