El Partido Popular de Aragón se unió ayer, de forma oficial, al frente de oposición a los planes de la Generalitat de Cataluña de resucitar el viejo proyecto de trasvasar aguas del Ebro a municipios catalanes situados fuera de esta cuenca hidrológica. El nuevo presidente de esta formación, Luis María Beamonte, así lo aseguró durante la clausura del 13 Congreso Regional en el que los populares renovaron tanto la presidencia como la directiva.

De forma vehemente, ante todo su partido y ante la secretaria general del PP y miembro del Gobierno de Rajoy, María Dolores de Cospedal, advirtió que dirá «no a quienes desde fuera piden un trasvase del Ebro y a quienes desde dentro piden un trasvase del Ebro, les digo que se lean el programa electoral que ellos mismos aprobaron». «A todos ellos les digo que no a cualquier trasvase del Ebro». Unas palabras que hicieron que todo el auditorio rompiera en aplausos, salvo Cospedal, quien mantuvo su sonrisa, aunque de brazos cruzados.

CENTRALIDAD / Durante su discurso en el que volvió a haber palabras de gratitud de su antecesora Luisa Fernanda Rudi, Beamonte se comprometió a «devolver» a la comunidad autónoma a la «normalidad, a la centralidad y a la certidumbre» porque, tal y como señaló, «hay otra manera de hacer las cosas, más cuando el pacto de izquierdas ha fracasado». «Su acción política se reduce al sobresalto diario en el que viven Podemos y el PSOE y cuyas consecuencias pagan el conjunto de los aragoneses», apostilló.

El nuevo líder de los populares aragoneses resaltó que «no existe planificación, gestión, acción de gobierno» porque todo ha sido sustituido por «las amenazas y chantajes de sus supuestos socios», de manera que el Gobierno del socialista Javier Lambán «no es fiable».

En este sentido, pidió a todos los miembros de su partido a devolver al debate cuestiones como el empleo, el sistema tributario o el derecho a la libertad de escolarización, ya que entiende que en el lenguaje político aragonés han desaparecido estas expresiones porque «unos intentan llevar a otros al precipicio y otros llevan a los otros a ser devorados por los leones». «Nunca ha habido un Gobierno tan sectario en nuestra comunidad», aseguró.

Ante todo ello, se comprometió a «dejarse la piel». «Quiero que la comunidad sea líder, tenga una financiación justa y se acabe con los trajes a medida que hizo el PSOE en el 2009». Por ello, defendió la reapertura de la línea ferroviaria internacional de Canfranc y el corredor Cantábrico-Mediterráneo. «Salimos a ganar las próximas elecciones, pero a ganar y gobernar, como nos enseñó Luisa (Rudi)».

Beamonte también defendió el papel «cohesionador» de Aragón para poner «cierto límite a ciertas locuras, lo que es un reto y debe convertirse en una oportunidad» «Debemos dar ejemplo de centralidad y normalidad frente a los extremismos que ponen en riesgo la seguridad del Estado», apostilló.

«Aspiramos a un Aragón sin complejos y que se convierta en una tierra de oportunidades donde olvidemos a quienes peor lo pasan o más lo necesitan», cocluyó el presidente popular.