"Inaceptable" y con una aportación económica "ridícula". No faltaron ayer los calificativos el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, en contra del anteproyecto de la Ley de Capitalidad presentado esta semana por el Gobierno de Aragón. Belloch criticó duramente que el texto no resuelva la financiación de las competencias del ayuntamiento, al posponerla a una futura ley de financiación de comunidades autónomas. "Largo me lo fiáis", indicó Belloch, quien dijo que el ayuntamiento recibe más ingresos por vía de los convenios que del fondo local previsto en la ley.

"Eso es un simple disparate que espero que se pueda corregir a lo largo de la negociación", aseguró el alcalde, quien lamentó el retraso en su presentación, a seis meses del cierre de legislatura cuando la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, se había comprometido en el 2011 a presentarla a mitad de mandato. Ahora, los grupos municipales tendrán diez días para estudiar la ley antes de que se reúnan para intentar fijar una posición común del ayuntamiento, un proceso negociador en el que tomarán parte, por el PSOE, el vicealcalde, Fernando Gimeno, y el portavoz, Carlos Pérez Anadón.

Este último fue muy crítico con la DGA. Le culpó de la "asfixia económica" causada por el impago de la deuda, de 50 millones. Además, denunció un trato "discriminatorio" a los zaragozanos y que la ley "no soluciona la confusión entre competencias propias e impropias ni reconoce la singularidad de Zaragoza".

Mientras, el PP introdujo en el pleno una moción de urgencia para debatirlo en la que el portavoz conservador, Eloy Suárez, advirtió de que "habrá ley aunque no quieran", y acusó a PSOE, CHA e IU de ponerse "en contra" de una demanda histórica que llevan 15 años esperando. El portavoz de CHA, Juan Martín, animó a hacer un "esfuerzo" para consensuar un documento entre todos y con el Gobierno aragonés, aunque pidió a Suárez --al que acusó de negociar el anteproyecto con la DGA, al igual que IU, que criticó su "deslealtad institucional"--, que solicite una ampliación del plazo de un mes dado, algo que suscribió Belloch. "Me conformaría con que en la última sesión de la legislatura se aprobara", señaló. "Todos somos conscientes de que no es para bobear. Quiero un texto que quede fijo, establecido, aunque no haya acuerdo en lo económico", añadió Belloch.