Colas ante los cajeros, sí. Puede que algo más largas que en un viernes normal. Pero la convocatoria de Òmnium Cultural y Crida per la Democràcia para retirar efectivo de los cinco grandes bancos, con quejas incluídas en los que han movido su sede de Cataluña por la situación política derivada del referéndum unilateral, tuvo ayer más de gesto simbólico que de paralización del sistema financiero. Mientras, el soberanismo exhibió una notable división de opiniones al respecto de esta iniciativa que contó con un seguimiento limitado.

Fuentes del PDECat calificaron de vergonzosa la idea. El consejero de Empresa, Santi Vila, tuiteó en contra: «Tensionar los bancos o dinámicas de boicot comercial no son la mejor manera de hacerse escuchar. Poner en riesgo la economía es siempre un autogol». Por su parte, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, en una entrevista al diario Ara, mostró su respeto a lo que hagan otras personas pero dejó claro que él no participaría de la acción de protesta. En cambio, Oriol Junqueras, preguntado al respecto en una entrevista en Catalunya Ràdio, se limitó a mostrar el respeto del Ejectuvo catalán tanto «por la libertad de empresa» como con «la libertad de consumo».

COLAS MATINALES

Entre las ocho y nueve de la mañana ayer los cajeros automáticos de muchas oficinas de CaixaBank y Banco Sabadell contaban con una presencia algo mayor de clientes bancarios de lo habitual. Cuatro, cinco, y hasta 10 personas -en alguna entidad de fuera de Barcelona- guardaban cola para utilizar el cajero. Algunas con el propósito de cumplir con el llamamiento de las organizaciones independentistas. Y dispuestas a retirar 155 euros de sus cuentas -los terminales no dispensan billetes de cinco euros- para realizar su simbólica protesta.

Pero la operativa en las oficinas se desarrolló con «absoluta normalidad», defienden los bancos. «Ni un solo cajero se ha quedado sin efectivo durante esta mañana», comentaron fuentes del Banco Sabadell, un comentario que también era suscrito por CaixaBank. Las entidades tomaron precauciones en la jornada previa para abastecer de efectivo los terminales y preparar las oficinas para una acción más radical, como el intento de bloquear la operativa. Al final, el efecto fue mínimo. Ambos bancos sostuvieron que no se produjo ninguna incidencia fuera de lo normal durante la jornada.

El vicepresidente de la ANC, Agustí Alcoberro, calificó de «notable» el seguimiento ciudadano de la acción. Acompañado del portavoz accidental de Òmnium, Marcel Mauri, subrayó que los datos están en manos de las entidades pero constató los movimientos que los bancos habían sufrido en bolsa a lo largo del día.

En la sede del Banco Sabadell la movilización se notó poco. Hasta las 9.30 horas las personas que se desplazaron para sacar dinero en efectivo en cumplimiento de las directrices de Òmnium Cultural fueron contadas. La mayoría lo hizo desde el cajero ubicado junto a la entrada principal de la entidad. Algunas de ellas reconocían su reivindicación. Anna es una mujer que ayer se levantó decidida a seguir la llamada independentista. La sede de la Diagonal fue la segunda oficina de Banco Sabadell que visitó. Se proponía sacar «todo el dinero» que tiene en esta empresa. Está «dolida» por la decisión que tomó este banco de trasladar la sede social «sin esperar a ver qué ocurría» y favoreciendo la escalada de miedo entre la población. Mercedes, otra mujer movilizada señaló: «No soy independentista, pero estoy disgustada con lo que está sucediendo».