Entre las medidas adoptadas en los hogares está el cambio de algunos electrodomésticos por otros que ofrecen un mejor resultado en términos de eficiencia. O la sustitución de bombillas por otras de bajo consumo o de leds.

El ahorro más importante se produce explorando cambios en los contratos, más ajustados a las necesidades reales de la familia. Modificar la potencia contratada, el tipo de tarifa o solicitar el bono social a las empresas reducen la factura.

Apagar la vitrocerámica cuando el agua hierve puede ser suficiente para acabar la cocción. Un hábito que no todo el mundo aplica y que ahorra, como poner burletes o faldones en ventanas y puertas, para gastar menos en calefacción.