Hacer un lavado de cara integral del estadio de La Romareda costaría entre 23,2 y 29,4 millones de euros. Así consta en el informe que los técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza elaboraron en diciembre del 2011, a petición del Gobierno socialista y que nunca vio la luz. Este documento, al que EL PERIÓDICO ha tenido acceso, presentaba hasta tres propuestas diferentes --aunque con variantes cada una-- que nunca se explicaron al ciudadano.

El informe se quedó guardado en un cajón mientras en solo una década se llevaban gastados más de 9 millones de euros sin mover un solo ladrillo. Once si se cuenta la última gran reforma, entre el 2003 y el 2004. Esos nueve millones se invirtieron en la redacción de tres proyectos de nuevo estadio (con la firma de Bofill, Lamela y Sicilia) para diseñar un nuevo estadio en Valdespartera o San José; mas los 2,1 millones con los que hubo que indemnizar a Acciona y Sacyr por paralizar las obras de rehabilitación en el 2006; y los 382.000 euros que hubo que pagar a la empresa del párking subterráneo de la plaza Eduardo Ibarra, Isolux Corsan, por esta paralización. Tres años antes, el consistorio ya había invertido 866.279 euros en la reforma de la grada de Tribuna Preferente y subvencionó parte de lo que aportó el club (hasta 1,62 millones en total).

Así que cuando se reabre el debate de su remodelación, conviene no solo revisar la historia sino, una vez más, escuchar a los técnicos municipales. Estos ya se pronunciaron en el 2011, en su informe, apostando por una propuesta que incluía una reconstrucción parcial del campo de fútbol en la zona oeste y, a la vez, una ampliación de la planta proyectándola hacía la plaza Eduardo Ibarra.

LA PROPUESTA PREFERIDA

Esta alternativa contempla la construcción de un nuevo graderío de 10 filas sobre el actual, que sería reconstruido y que ampliaría la capacidad del campo en unos 1.500 espectadores. Esta variante podría extenderse de forma simétrica a la tribuna este, incrementando el número de asientos hasta los 5.000. La superficie del graderío cubierto alcanzaría los 1.195 metros cuadrados.

La renovación incluye la remodelación de la primera planta, donde se encuentra la zona VIP, Presidencia, y las salas de prensa. El proyecto contempla que se sitúen en la planta sótano (1.032 metros cuadrados) los vestuarios, la enfermería, la zona de calentamiento y el gimnasio. En la baja (691 metros cuadrados) se mantendrían los accesos al estadio. Esta opción, con cuatro variantes, obligaría a demoler el antiguo edificio de Gerencia de Urbanismo por completo, y parcialmente la grada lateral oeste. Además, se construiría un nuevo bloque para ampliar la banda oeste. Las alternativas varían unas de otras en el número de asientos que podría haber.

Por ejemplo, una de las variantes plantea construir un nuevo graderío para aumentar el número de localidades en unas 2.000 y se ubicaría sobre el ya existente. El estudio también propone otra zona de butacas en el oeste, sobre la actual, en la fachada que da al paseo Isabel la Católica y sobre una nueva estructura saliente para sumar otros 2.000 asientos. El informe incluye otra posibilidad para adicionar una planta sótano destinada a un aparcamiento subterráneo, como ya planteó Lamela.

En paralelo, el documento señala la necesidad de --en todas sus propuestas-- retirar y sustituir las barandillas exteriores en la gradas, demoler el palco oeste y crear una nueva fila de asientos, así como los muros de petos de fábrica para colocar una valla, construir aseos nuevos y una zona de bar, renovar de forma completa la cubierta del estadio o la renovación de las fachadas, entre otros.