La caza es una actividad con gran tradición en la comunidad. Pero está perdiendo interés, especialmente para la gente joven, según demuestran los datos de licencias que maneja el Gobierno de Aragón. El pasado año se expidieron 47.135 licencias frente a las 53.433 que se entregaron hace diez años. Más de 6.200 menos. Aunque la cifra es fluctuante y varía de forma sustancial en algunas temporadas, la tendencia de los últimos años a la baja es clara.

También se advierte un notable envejecimiento entre los aficionados. La mayoría de las licencias para la práctica de esta modalidad deportiva corresponden a personas de entre los 55 y los 75 años. La mayoría de ellos comenzaron a interesarse por la cinegética en los años sesenta, aunque fue entre 1970 y 1980 cuando se puso de moda entre muchos segmentos de la población. Desde la Federación Aragonesa de Caza (FAC) reconocen que las cifras no son buenas, aunque lo achacan a los «ciclos naturales». El presidente del organismo, Fernando Tello, señala en todo caso que tratan de promover la actividad entre los jóvenes con actividades específicas.

Por el contrario, el desinterés generalizado por las cacerías contrasta con el repunte de la pesca. En este caso las masas de agua aragonesas atraen incluso a deportistas de fuera de la comunidad. El Gobierno de Aragón concedió el pasado año 64.217 licencias, la mayoría de ellas a personas entre la franja de edad de los 35 a los 45 años. Y para extranjeros se tramitaron 12.597 permisos. En el 2005 fueron 53.124 en total.

MEDIA VEDA

Así, la actividad cinegética en la comunidad afronta unos años complicados. Mañana se abrirá la media veda para cazar especies como la codorniz o la tórtola común. Por el momento su captura estará limitada por ser aves migratorias. Solo a partir del tercer domingo se permitirá la caza de forma habitual, según explicó ayer el director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca del Gobierno de Aragón, Ángel Berzosa. El motivo es la falta de ejemplares por culpa de los cambios climáticos.

En la federación de caza desde hace varias temporadas han detectado que este tipo de aves prefieren quedarse en los regadíos cálidos del norte de Marruecos y de Andalucía y acortar su migración. «Tenemos que adaptarnos a las circunstancias», asumen.

FOMENTO

Por contra, para intentar revertir la tendencia que aleja a los jóvenes de rifles y escopetas desde la FAC han puesto en marcha una asociación, pionera en Aragón, que integra a los aficionados menores de 27 años y que cuenta con el apoyo de la agrupación estatal. Su objetivo es «la defensa y el fomento de la caza» y en sus primeros actos ha interesado a unos 200 aficionados. «Creemos que es necesario defender esta actividad por su interés ambiental, si no existieran cazadores su labor se tendría que hacer desde la administración pública», señaló Tello.