La polémica por la cesión a 75 años del estadio municipal de La Romareda al Real Zaragoza irrumpió ayer con su publicación en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) en mitad de las negociaciones por la gobernabilidad del Ayuntamiento de Zaragoza. Un expediente que contó con la oposición frontal de Izquierda Unida, ahora en Zaragoza en Común, y que el propio Pedro Santisteve criticó con dureza durante la campaña electoral. Ahora aspira a ser alcalde con el apoyo de dos de los grupos políticos que votaron a favor en el pleno, PSOE y CHA, y que apostaron por esta concesión administrativa que garantizaba la continuidad del estadio en su ubicación actual. Y a pesar de las "dudas jurídicas" que IU, a través de Pablo Muñoz, denunció que existían y, más aún, antes de que se disolviera la corporación y a las puertas de que entrara la siguiente. En ella, casualmente, ahora en la plataforma de unidad popular cuenta con el triple de votos en el pleno, nueve, pero todavía es insuficiente para dar la vuelta a esta cesión.

El anuncio publicado en el BOA abre un periodo de 30 días naturales para formular alegaciones, hasta el próximo 2 de julio. Establece la aprobación del pliego de cláusulas económico-administrativas por el que se obligaría al club a asumir un canon anual de 224.000 euros, pero también libera la posible utilización de este espacio de 26.913 metros cuadrados para otros usos que exceden el deportivo y que también figuran en el planeamiento, como es el comercial o terciario. También destaca el "interés general acreditado" de esta cesión y la "inviabilidad de la adjudicación en favor de tercera persona", sin atar esas otras condiciones que habría en caso de que el club cambiara de manos, algo en lo que IU hizo incapié.