Desde abril de 2016 la cuenca del Ebro vive un claro déficit pluviométrico en casi toda la cuenca (solo los ríos Aragón Cinca, Ésera y Nogueras han tenido lluvias más o menos en la media de los últimos 15 años, no así las reservas de nieve de los últimos meses). De hecho, durante el segundo semestre del pasado año hidrológico (entre mayo y septiembre del 2016) esa ausencia de precipitaciones fue realmente grave en algunas subcuencas: hasta un 50% menos de lluvias de la media de los últimos 15 años en el Huerva y el Martín, en la margen derecha, un 40% menos de lluvia en la cuenca del Iregua, en La Rioja y un 35% menos de lluvia en el Jalón, en la margen derecha entre Soria y Zaragoza, según datos proporcionados en un informe elaborado por el departamento de prensa de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Esto ha hecho que apenas haya habido caudal circulante en los ríos durante la primavera. La CHE ha adoptado medidas paliativas que garantizan el abastecimiento humano en zonas con embalses. Las situaciones más graves, con amenaza incluso para la fauna piscícola, están ahora mismo en el Huerva, donde apenas hay agua en los embalses, y también en la cuenca del Martín. Además, para complementar a Zaragoza se ha conectado La Loteta con el Canal Imperial.