En Aragón había en el 2005 un total de 15.480 hectáreas de melocotón y nectarina, según los datos del departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón. Pero esa cifra pasó a 20.890 hectáreas en el 2016, lo que da idea de la evolución de estos cultivos en la comunidad. De esta forma, Aragón cuenta con 5.600 explotaciones de fruta dulce. En estos últimos once años, la comunidad ha pasado de producir 200.000 toneladas de melocotones y paraguayos, entre otros, a recoger. 268.000 toneladas. El sector da trabajo a 15.000 personas en el territorio aragonés, principalmente en el Bajo Cinca.

La crisis de esta campaña sentará al sector, al Ministerio de Agricultura y a las comunidades afectadas para tratar de buscar soluciones a un problema estructural. Desde Aragón, el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, apuesta claramente por mejorar la organización de los fritucultores, las estructuras comerciales y la promoción para llegar así a más mercados. Otros reclaman limitar las plantaciones, principalmente a aquellos que se hacen con grandes cantidades de hectáreas frente a las explotaciones familiares, que son las que más están padeciendo el veto ruso. El otoño, por tanto, será vital para el futuro del sector frutícola.

Para evitar distorsiones del mercado y sus efectos en los productores, Bruselas contempla el mecanismo de la retirada de fruta. De esta forma, la Comisión Europea saca del mercado una parte de la producción y abona a los productores un precio establecido (ahora unos 37 céntimos por kilo de fruta). Esa producción va a las industrias de transformación de zumo, que, a su vez derivan una parte a organizaciones como el Banco de Alimentos. El pasado jueves Bruselas propuso retirar 20.000 toneladas frente a las 40.000 que reclamaron Aragón y Cataluña a través de Agricultura. Los sindicatos ven esta cifra «insuficiente» y piden más ayuda.

El conflicto entre Rusia y Ucrania está detrás de la crisis de fruta en Aragón y Cataluña. El apoyo ruso a la autodeterminación de Crimea y las provincias del Donbass generaron una escalada de sanciones financieras y económicas a Rusia, que respondió con el veto a productos alimentarios europeos por valor de 5.300 millones. Desde entonces, el año 2014, los países del sur de Europa han perdido un importantísimo mercado. A Rusia se comercializaban cada año 200.000 toneladas de fruta procedente del Estado español. Entre las partidas más importantes se hallaban unas 65.000 toneladas de melocotones y nectarina (el 30% de Aragón).

El sector de la fruta de hueso ha visto cómo el exceso de producción y el veto ruso ha provocado el hundimiento de los precios de venta. El problema se concentra en Huesca y Lérida, donde algunas centrales frutícolas ya no reciben mercancía y los precios están por los suelos. Los agricultores todavía tienen fruta en el árbol y ahora no saben que hacer con ella (no pueden ni recogerla ni entregarla). Rusia está en el epicentro de la crisis, ya que este mercado absorbía el 30% de la producción de Aragón, que ya acumula en los almacenes 40 millones de kilos de fruta de hueso. Cataluña tiene otros 47 millones de kilos.