Los precios de los combustibles no dependen directamente del petróleo, ya que el crudo hay que refinarlo, sino del precio del gasóleo y la gasolina en los mercados internacionales al por mayor de referencia para España (el del Mediterráneo y el del Norte de Europa). En estos mercados el precio varia según las fluctuaciones del suministro y las condiciones meteorológicas, que influyen en la oferta y la demanda.

Además de la materia prima, hay otros costes fijos como los de almacenamiento, transporte, comercialización, y gastos financieros. Estos más la materia prima suponen el 38,1% del precio final de la gasolina y el 42,1% del coste final del gasóleo, con datos de la semana pasada. Los márgenes de las empresas (el beneficio que se apuntan) supone el 11,2% y el 12,3%, respectivamente. Los impuestos representan el 50,6% y el 52,3% restante, un peso menor que en la mayoría de países europeos.