¿La sociedad habrá aprendido la lección después de la crisis económica y del sector inmobiliario? Todos los actores que participan de la construcción de viviendas y la compra de las mismas tendrán en poco tiempo la oportunidad de demostrar cómo les ha hecho cambiar el pinchazo de la burbuja. Atrás quedaron los tiempos en los que las familias probaban suerte en el sorteo de VPO del ya extinto Toc Toc; de las ayudas públicas a la promoción y adquisición de pisos que, en algunos casos, se conocía bien los plazos a esperar para una descalificación de la protección que quizá les revalorizara el hogar; o de incluso cerrar créditos hoy desproporcionados con los que apañar la compra, los muebles y hasta un coche nuevo.

Era una época en la que los desahucios no eran la noticia, sino las zonas de expansión de las ciudades y municipios del entorno, las oportunidades de conseguir una vivienda a mucho menos precio que en un mercado libre desatado y con una Administración que dosificaba sus objetivos ante una demanda creciente de nuevas VPO.

La DGA, por ejemplo, hoy tiene claro que el modelo a futuro debe ser otro. Su apuesta pasa más por el alquiler, como en la futura promoción de 88 VPO que quiere levantar en el solar del antiguo cuartel de la Merced en Huesca que dedicará a arrendamientos asequibles, o como defiende la directora general de Vivienda, Mayte Andreu, la llamada vivienda de promoción pública (VPP) «que tiene un régimen de protección permanente». Impide que se especule con el precio, no hay plazos que agotar y se cumple la principal misión de la VPO: facilitar el acceso a colectivos con más dificultades, como los jóvenes. Por contra, en el 2012 flexibilizó tanto la concesión de la descalificación que hoy prácticamente se logra acreditando solo la fecha de la entrada en ella.

En un contexto en el que los precios del alquiler en los últimos diez años han caído más de un 15%, según diferentes estudios de mercado, o que el precio del metro cuadrado en la compraventa ha pasado de superar los 3.100 euros en enero del 2008 a los 1.344 que marcaba un reciente informe. Pero hoy la tendencia es la contraria. En solo un año, el precio de los pisos de segunda mano ha remontado y es un 45% mayor que en los peores años de la crisis.

Es decir, puede que este repunte no sea casual y la evolución vaya al alza en los años próximos. En un momento en que esas 17.000 VPO que se promovieron hace 15 años o más empiecen a librarse de serlo. ¿Aumentarán las peticiones de descalificación? La lección dada por la crisis está por ver si se ha aprendido esta vez.