La sentencia judicial tiene además unas nefastas consecuencias económicas para la ya muy maltrecha situación financiera de Aramón, el hólding de la nieve formado por Ibercaja y el Gobierno de Aragón. El valor contable de los suelos que adquirió Aramón está estimado en unos 30 millones de euros, según fuentes de la sociedad, que pasarán a computar como deuda ya que hay que contabilizarlos como pérdidas en los libros. De esta forma, y en medio de un plan para refinanciar la deuda de Aramón a diez años, el agujero económico de Aramón podría superar los cien millones de euros, ya que el pasado mes de diciembre --antes de computar estos 30 millones-- ascendía a 78 millones de euros. La preocupación en el seno del consejo de administración de Aramón es máxima. Estos 30 millones de deuda solo podrían enjuagarse si la explotación comercial de las pistas fuera lo suficientemente rentable como para dar beneficios en el 2014. La situación también es compleja para Ibercaja, ya que debe provisionar 15 millones en dinero real como consecuencia de esa pérdida patrimonial. Asimismo, en los contratos de compra no se incluyó una cláusula de salvaguarda que habría permitido recuperar parte del dinero en el caso de que --como así ha sido-- no prosperara el proyecto urbanístico.