Los vecinos de las localidades de la ribera alta afectados por la riada hicieron ayer un parón en las labores de limpieza y achique para acudir a la oficina de atención a los damnificados, instalada ayer por la DGA en Alagón (calle Almogávares). No acudió mucha gente, si bien se prevé que aumenten las reclamaciones conforme puedan acceder a las granjas, viviendas y campos.

Jesús Hernández fue uno de los primeros. Acudió con su hija, con la que está viviendo en Zaragoza casi por obligación. Y es que su casa, en el barrio rural de Alfocea, está inundada. "Hay dos metros de agua, todo lo que tenía en el interior de la primera planta es inservible".

Esa fue la razón por la que se decidió acudir a este centro, donde dos técnicos del Departamento de Ordenación del Territorio le ayudaron a cumplimentar un registro con el que hacer una primera contabilización de daños.

De esta forma, el Ejecutivo autonómico pretende saber cuál es la partida extraordinaria de ayudas que tiene que aprobar en el Consejo de Gobierno que se celebrará la próxima semana.

Asimismo, le asesoraron cómo reclamar al seguro, además de tenderle la mano de cara a las necesidades que tenga y que no sean cubiertas por las mutuas. "En estos momentos en los que toda una vida ha dejado de existir está bien saber que hay alguien ahí", reconoció ante los medios de comunicación.

Una satisfacción a medias, ya que resaltó que las previsiones fallaron. "No dio tiempo a sacar nada, en una hora se me metió el agua dentro de casa. Hasta mi perro se quedó dentro", apuntó, mientras ponía en duda los datos ofrecidos por la CHE porque "otras avenidas del Ebro no han cubierto mi casa".

Una crítica que también tuvo Belén Quintana, una vecina de Cabañas a la que el agua también le ha anegado gran parte de su casa. Reconoció que fue precavida porque ante el anuncio de la riada puso ladrillos para levantar sus muebles y electrodomésticos, pero "de nada sirvió porque los sobrepasa".

"En el 2003 se mojó el suelo como cuando limpias con la fregona, pero lo de ahora es increíble", aseveró.

Esta mujer tampoco pudo estimar cuánto ha perdido porque "los muebles de toda la vida es dificil de contabilizar, pero también hay un sentimiento que eso es difícil de subsanar".

Esta oficina estará abierta hasta que todo el mundo esté atendido. En ella hay personal especializado en explotaciones agrícolas, en afecciones a viviendas y en otros aspectos más generales.

A estas instalaciones, que fueron cedidas por la Comarca Ribera Alta, se acercó el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, quien afirmó que "la valoración de las afecciones es un trabajo complejo porque los daños son importantes pero para facilitar esa labor, a través de la empresa pública Sarga, se va a dividir el tramo en cuatro o cinco partes con diferentes equipos que colaboren con los damnificados para estudiar la situación y poder hacer un balance lo más preciso y lo más urgente".

Lobón también valoró la labor de los vecinos que calificó de "ejemplar". "Están haciendo un trabajo encomiable que demuestra una tremenda solidaridad y que es enormemente eficaz, hasta el punto de que me atrevo a decir que todos los esfuerzos que está haciendo el Gobierno no llegaría a tener resultados si no fuera por la colaboración de todos ellos", sentenció.

Hoy abrirá una segunda oficina para atender a los afectados de la ribera baja. Se ubicará en la sede de la comarca, en Quinto. Esta segunda apertura se ha aplazado unas horas para permitir que la cresta de la avenida termine de pasar por Aragón y se pueda ya comenzar a valorar los daños materiales.

Asimismo, el edificio Maristas del Gobierno de Aragón, ubicado en la plaza San Pedro Nolasco, albergará una oficina de atención a los afectados por la crecida en la ciudad. Estarán abiertas al público entre las 9.00 horas y las 14.00 horas y entre las 16.00 y las 19.00 horas, de lunes a viernes, así como de 10.00 a 14.00 horas durante los fines de semana.

En las oficinas dispuestas en ambas zonas de la ribera, las personas con movilidad reducida podrán hacer un uso igualitario de este servicio de atención a través de los servicios sociales de las comarcas; dispondrán de transporte para el desplazamiento además de estudiar y valorar cada caso para facilitarles la mejor opción posible.

Durante la jornada de ayer trabajaron 573 efectivos de la UME, Guardia Civil, carreteras, bomberos DPZ, Sarga, CHE, 112 y Voluntarios de Protección Civil con 232 vehículos.

En la ribera alta, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha realizado achiques en Cabañas de Ebro y Boquiñeni, mientras que el Instituto Aragonés del Agua continúa trabajando para restablecer el suministro de agua potable a la mayor brevedad. De momento el abastecimiento se está realizando con cisternas de los bomberos de la DPZ. Está previsto que se restablezca el cosumo el fin de semana en esta zona.