La crisis y la caída del consumo siguen golpeando a los centros comerciales de toda España, aunque el aluvión de aperturas registrado en Zaragoza en los últimos años ha ayudado a que el impacto de la recesión se deje notar con especial fuerza en la comunidad. Dicen los profesionales del sector que es una consecuencia lógica: cuando el pastel a repartir es más pequeño y hay más comensales sentados en la mesa, los carteles de se alquila brotan como setas. Solo entre cuatro de las grandes superficies de Zaragoza (Augusta, Plaza Imperial, Grancasa y Aragonia) acumulan unos 155 locales desocupados. Si a estos les sumamos los de los centros más pequeños (Puerta Cinegia, El Caracol, Utrillas o Los Porches) la cifra superaría de sobra los 200 comercios vacíos (por no hablar de los cientos de autónomos que han tenido que cerrar sus tiendas).

Lo peor, sin duda, es la pérdida de puestos de trabajo que han generado estos cierres. A fin de cuentas, no hay que olvidar que las grandes superficies emplean actualmente en España a 317.000 personas (el 1,3% más que en 2011). Una fuerte capacidad empleadora que Zaragoza ha comprobado recientemente con Puerto Venecia, cuyo aterrizaje se ha dejado notar en el resto de operadores. "A algunos les afecta más que a otros, pero todos nos resentimos porque ahora la tarta es más pequeña", reconoce el que hasta hace unas semanas era gerente de Aragonia, Pablo Vivancos, quien apunta que en Zaragoza hay "una relativa saturación de centros".

La caída del 2,2% en las ventas registradas por el sector durante el 2012 tampoco ha ayudado, aunque la afluencia de visitas creció un 0,8% hasta contabilizar 1.713 millones en todo el país, según la Asociación Española de Centros Comerciales (AECC). "Está claro que si se hubiera sabido lo que estaba por venir no se hubiera construido tantos", apuntan desde la inmobiliaria aragonesa GTI. A fin de cuentas, no hay que olvidar que España fue el país europeo que más grandes superficies inauguró entre el 2005 y el 2008.

BONIFICACIONES Tras la llegada de la crisis, y para evitar fugas de inquilinos, los gestores de los centros han optado por renegociar las rentas con los operadores o aplicar bonificaciones temporales en el precio de los alquileres. "Las tarifas han caído hasta un 40 y un 50%", aseguran fuentes del sector. En este sentido, los periodos de carencia están a la orden del día, aunque depende mucho de qué operador se trate. "Si es una enseña con mucho tirón las rebajas son mejores, e incluso pueden dejarle gratis el alquiler durante un tiempo y hacerle pagar solo los gastos de comunidad", explica el gerente de Los Porches del Audiorama, Javier Cuevas.

A pesar de todos estos esfuerzos, el cierre de locales se ha intensificado en la mayoría de centros de Zaragoza. Hace ya varios meses, por ejemplo, Inditex bajó la persiana de todas sus enseñas en Augusta y Zara y Zara Home se marcharon de Plaza Imperial, que el año pasado ya perdió una de sus locomotoras (Eroski). "En los últimos meses han cerrado bastantes, y no me extraña porque desde octubre las ventas han caído un 50%", lamenta la encargada de una tienda de gafas de sol de Plaza Imperial.

La caída del consumo y la falta de financiación también han provocado que la comercialización de los locales vacíos se haya convertido en una misión casi imposible. "Es difícil captar nuevas enseñas", reconoce la gerente de Grancasa, Susana Betrán, quien, no obstante, asegura que "será el cliente el que decida si el mercado está saturado o no".

De lo que no hay duda es de que la crisis ha paralizado proyectos previstos en la comunidad. Así, la promotora aragonesa Bronapur iba a desarrollar un centro comercial en Calatayud de 30.000 metros cuadrados que actualmente se encuentra en stand by. Desde el ayuntamiento bilbilitano ya se apunta que el Lidl se ha caído del proyecto y que las obras del Mercadona se paralizaron poco después de comenzar los trabajos de cimentación. Nada se sabe tampoco de Lumiere, la gran superficie de Valdespartera, y cuya inauguración se llegó a anunciar para mediados del 2011.