La última sesión de control fue tan abrupta como la legislatura, enmarañada como ninguna en confrontaciones bipolares. Terminaron estos cuatro años como empezaron, hablando de facturas en los cajones. En el 2011 la flamante presidenta echó en cara a los socialistas todo lo que se dejaron sin pagar antes de irse del Pignatelli. Ayer el líder del PSOE, Javier Lambán le preguntó por lo mismo, pero a la inversa: por esos 207 millones que la Cámara de Cuentas detectó en la ya mítica cuenta 409. Aunque ahora la jefa del Ejecutivo, Luisa Fernanda Rudi niega la mayor, ese dinero no son facturas en los cajones, sino que están contabilizadas y computan en el déficit.

Fue un enfrentamiento duro entre Rudi y Lambán. La presidenta sacó todo el arsenal, aun rebuscando en el lodazal. Atacó al socialista con un vieja nota manuscrita, firmada por el anterior jefe de comunicación del Pignatelli en la que decía a un funcionario: "Te mando todos las facturas que tenemos pendientes en el gabinete (...). Las grandes, obviamente, quedarán para que el próximo Gobierno, si lo tiene a bien, las lleve a convalidación".

Facturas de ayer y hoy

Ilustraba así la presidenta las prácticas del anterior Ejecutivo del PSOE, que dejó 162 millones sin contabilizar en facturas en los cajones. Respondía así Rudi a las críticas de Lambán que la acusó de gestionar aún peor que los anteriores gobiernos. "Por la boca muere el pez, y usted ha hablado demasiado", le espetó. Aprovechó el socialista para recordarle el recorte del 12% en el gasto público en Sanidad o los 1.400 que, según dijo, se han perdido estos años.

Como de facturas iba la cosa, José Luis Soro, (CHA) también preguntó por esas irregularidades contables detectadas por la Cámara de Cuentas. Pidió explicaciones y acusó a Rudi de disolver ya el Parlamento para evitarse las explicaciones en las Cortes. La presidenta no perdió su hilo argumental y volvió a insistir que los pagos pendientes están contabilizados y fiscalizados por los funcionarios, en los que se escudó en la utilización de la cuenta 409.

Cerró la sesión de control Adolfo Barrena (IU) que se despedía así, tras 12 años, del Parlamento. Con la voz quebrada, preguntó por el mayor éxito que, según el criterio de Rudi, ha tenido su Gobierno. Echó mano de su lacónica ironía para resaltar como grandes logros del Ejecutivo del PP, ser el que más ha recortado el gasto público; haber facilitado las privatizaciones o impulsar los copagos. La Cámara aplaudió su intervención, tras su emotiva despedida. Con el ambiente reinante ni siquiera Rudi fue capaz de atacar con crudeza. Y como ya se había explayado con el PSOE, hizo un intervención para salir del trámite. Aunque aprovechó para hacer una suerte de corolario de legislatura. Aseguró que su Gobierno ha trabajado pensando siempre en el interés general y hacerlo "con total y absoluta transparencia".

Concluida la última sesión de control, el pleno siguió con la distensión propia del último día de clase. El ambiente de despedida primó sobre el de la confrontación, pese a que Rudi había dado un golpe bajo al PSOE. Los diputados se arremolinaron ya por los pasillos y en el hemiciclo. Hubo caras largas, muchas en el grupo socialista, donde la mayoría se despedía ayer. Algunos históricos y con dilatada experiencia, como Jesús Miguel Franco, Mariví Broto o Alfonso Vicente, entre otros, dijeron adiós tras su profusa labor. Otros, que esperaban seguir, dejan el Parlamento con la crudeza de las decisiones personalistas. No se despidió José Ángel Biel, presidente de la Cámara, que con 13 trienios, anunció que lo hará el 23 de abril, Día de Aragón, como mandan los cánones del buen aragonesismo.