Uno de los principales argumentos utilizados por los detractores del trasvase es que su estudio económico no es riguroso y que baraja un precio del agua cedida (0,30 euros) que no será real, sino inferior al que tenga que repercutirse al usuario. Desde que se dio a conocer el Plan Hidrológico Nacional (PHN), diferentes especialistas han advertido de que las cifras oficiales tiene muchas carencias.