Más de tres décadas de autonomía han dejado una serie de términos y conceptos que se arrastran durante los años sin que haya una solución definitiva. Algunos de ellos forman ya incluso parte del imaginario colectivo y, por supuesto, del político. Este es un decálogo --un conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad, según la RAE-- sujeto a vaivenes.

ESTATUTO

En el 2007 se aprobó un Estatuto de Autonomía que revocaba el vigente hasta entonces, de 1982 y que había sufrido dos reformas. Se aumentó considerablemente el volumen de competencias, aunque algunas otras se quedaron en el tintero. Esta Ley Orgánica básica, sin embargo, se está desarrollando a trancas y barrancas, con muchos puntos y aspectos todavía en blanco. Las comisiones bilaterales Aragón-Estado, que precisamente permitió este Estatuto, no han servido para mucho más allá de que dos veces al año se hagan una foto los responsables políticos de ambas administraciones.

EL AGUA Y LAS OBRAS

Yesa, Mularroya, Biscarrués... Infraestructuras hidráulicas consensuadas --a medias-- en el Pacto del Agua, que en 1992 supuso un hito como modelo de acuerdo en posiciones muy enfrentadas. La realidad es que se han invertido millones y millones de euros en obras inacabadas, aunque el volumen de hectáreas de regadío ha crecido notablemente. Pero la fractura entre el llano y la montaña no se ha terminado de cerrar. Tampoco la amenaza del trasvase, que suscita un amplio rechazo social (cada vez menos) y que siempre sigue latente. La protesta contra el trasvase protagonizó los primeros años de este siglo gran parte de los 23 de abril.

LAS FRONTERAS

Aragón es una de las comunidades de toda la península ibérica que más fronteras comparte con otros territorios. La convivencia siempre ha sido ejemplar aunque en los últimos años se ha enrarecido, con un creciente anticatalanismo (a pesar de compartir Historia, lengua y muchas tradiciones) y la necesidad de buscar alianzas con otros ejes de desarrollo. La reivindicación de pasos que acerquen más a Aragón con Francia y Europa es una demanda perpetua que, en 30 años, ha servido para muchas manifestaciones y nulos avances significativos.

COALICIONES

Hasta 1999, ningún presidente aragonés había durado más de cuatro años. Llegó Iglesias y el tándem perfecto con Biel. Durante 12 años defendieron la estabilidad como gran logro político, aunque esta virtud, necesaria, pueda ser también insuficiente mérito. Sí que sirvió para que la política aragonesa dejara de dar vaivenes y ser protagonista de escándalos bochornosos, como los que se vivieron a mediados de los noventa. Los últimos casos de corrupción recuerdan a etapas que debían estar felizmente superadas.

INFRAESTRUCTURAS

Hoy la Alta Velocidad ferroviaria atraviesa Aragón como un rayo, pero solo porque une las dos principales ciudades españolas. Sigue olvidada la Media Distancia, las Cercanías tienen demanda pero mal servicio (fue un logro que llegaran) y lo mismo sucede con los Regionales. Se multiplicaron los kilómetros de autovía y se mejoraron redes secundarias, aunque la N-II y la N-232 sigue siendo una ratonera por la que se la juegan miles de vehículos al día.

PARO

La mayor lacra, un dato negativo que se ha disparado en la última década y que supone el drama cotidiano de muchos ciudadanos. Al aumento del desempleo se ha añadido un férreo control por parte de las instituciones europeas, sometidas a las presiones financieras, que han lastrado el autogobierno y han impuesto severas medida de recorte, aceptadas por los Ejecutivos.