Más de la mitad del agua que consume la agricultura en las tres comunidades del arco mediterráneo --Cataluña, Valencia y Murcia-- llega a los campos mediante sistemas de riego a manta o por gravedad --inundación de las parcelas--, el método de riego que menos ahorro permite.

Así, según indica la Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2011 Cataluña consumió con ese sistema 1.237 hectómetros cúbicos de los 1.729 que llegaron a sus campos, mientras que los datos referentes a Valencia indican que fueron 699 de los 1.241 millones de metros cúbicos que consumieron sus agricultores los que llegaron por ese método.

El nivel de tecnificación del riego es reducido en Cataluña, donde menos de la tercera parte de los recursos hídricos son gestionados mediante sistemas de aspersión --181,6 hectómetros anuales-- o de goteo --310,7--.

El empleo de sistemas de riego localizado, que permiten una mejor gestión del recurso y reducen los consumos, es mucho más frecuente en la Comunidad Valenciana, donde alcanza casi la mitad del consumo: 535,6 hectómetros por goteo y 5,9 por aspersión de un total de 1.241.

TECNIFICACIÓN El campo murciano, por el contrario, ofrece un elevado nivel de tecnificación con más del 75% del consumo agrario a través de sistemas de goteo --447,6 hectómetros anuales de un suministro total de 574,6-- y de aspersión --17,5--.

La murciana es una de las cuatro comunidades autónomas en las que los sistemas de riego por goteo y por aspersión predominan sobre métodos ancestrales como el riego por gravedad. Las otras tres son Andalucía y las dos castillas.

El campo aragonés, mientras tanto, se encuentra muy lejos de esas cifras.

Según los datos del INE, las explotaciones agrarias aragonesas consumieron en el 2011 un total de 2.598 hectómetros cúbicos de agua. Casi dos terceras partes de ese volumen --1.610-- llegaron a los campos mediante sistemas de gravedad, mientras que casi otro tercio --825.950-- fueron gestionados con riegos por aspersión, habituales en cultivos como el maiz o el alfalfa.

Por el contrario, solo un 6,25% de los recursos hídricos que consumieron los campos de la comunidad --162,5 hectómetros-- llegaron gota a gota.