El Consejo de Gobierno aprobó ayer la remodelación de la dirección de Aramón. La cúpula adquiere carga política con la entrada de los consejeros de Presidencia y Hacienda, Roberto Bermúdez de Castro y José Luis Saz y del exedil zaragozano, José Luis Santa Cruz. El Ejecutivo, de común acuerdo con Ibercaja, quiere dar un nuevo impulso al hólding de la nieve con un objetivo: acelerar la refinanciación de los 80 millones de euros que la sociedad arrastra de deuda y que amenazan con el colapso a la empresa pública.

Bermúdez de Castro asumirá la presidencia de Aramón. Sustituirá a Manuel Guedea, que ha estado en el cargo apenas año y medio. José Luis Saz, por su parte, entra en el puesto de Rocío Casino y José Luis Santa Cruz del fallecido Joaquín Paricio. Por parte de Ibercaja, entran en el Consejo de Administración Jesús Sierra y David Romera y salen Enrique Arrufat y Francisco Serrano. Todos ellos tomarán posesión en la próxima reunión de la cúpula directiva, prevista para este viernes.

Gobierno de Aragón e Ibercaja, accionistas de Aramón, acordaron estos cambios hace ya unas semanas. Suponen un viraje sustancial en la filosofía que hasta ahora imperaba en la dirección de esta empresa: el perfil técnico deja paso al político. Al menos en la parte que corresponde al Ejecutivo autonómico.

PASO AL FRENTE En realidad, el movimiento es interpretado por diversas fuentes consultadas por este diario, como un paso al frente del Gobierno, que coloca a dos consejeros de primer nivel, con carteras de peso en el seno del Ejecutivo de Rudi. Por el contrario, Ibercaja deja fuera a los que eran sus hombres fuertes en el Consejo de Administración: Enrique Arrufat y Francisco Serrano, ambos con mucha experiencia en el hólding de la nieve. Coloca en su lugar a Jesús Sierra y David Romera, con un perfil más bajo y cargos de menor relevancia en el seno de la entidad.

Bermúdez de Castro, de la máxima confianza de la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, asumirá la máxima responsabilidad de Aramón con el objetivo de desbloquear la refinanciación de los 80 millones de deuda que la empresa arrastra con los bancos. Las negociaciones con los bancos para ampliar el plazo de devolución de los créditos están avanzadas, pero no terminan de concretarse. De ahí que el recambio en la cúpula se haya precipitado. El Gobierno quiere tener el acuerdo con las entidades cerrado antes de agosto.

La interlocución directa con el Gobierno facilitará la negociación con los bancos. O al menos eso esperan en el Ejecutivo. Bermúdez garantiza el peso político y Saz el económico. Aunque también se exponen mucho más a las críticas si bien mal dadas.