La inversión en todos los aspectos que hacen referencia al llamado ciclo del agua (esto es, el abastecimiento, el saneamiento, la depuración y la prevención de la contaminación) aumentará este año un 10% según lo consignado en el borrador de presupuestos presentados por el Gobierno de Aragón. En total se consignan 74 millones de euros.

Con estas cantidades la DGA tiene previsto comenzar las obras de la depuradoras que se liciten en los Pirineos (al menos en Hecho y Sallent de Gállego) así como las correspondientes a la zona 10 del plan de depuración, en Mazaleón, Castellote y Nonaspe.

También se contemplan nuevas estaciones de depuración de aguas residuales en Calaceite y Maella (1,3 y 1,7 millones de euros respectivamente), así como una ampliación de la de Tamarite de Litera (720.000 euros). La correspondiente a Castelserás se encuentra en proceso de ejecución y tiene prevista una partida de 556.000 euros. Parte de los fondos se reserva igualmente para garantizar la puesta en servicio de la infraestructura inaugurada en Utebo, la última del programa actual.

El problema del lindano es uno de los retos medioambientales de la comunidad. A pesar de que su gestión se reliza desde el departamento de Sostenibilidad, el Instituto Aragonés del Agua reserva 100.000 euros para cumplir con los compromisos que la DGA adquirió en el 2016 con los ayuntamientos de Caldearenas, Ardisa, Biscarrués, Santa Eulalia, Piedratajada y Marracos, afectados por las filtraciones de este residuo en el río Gállego. Con estos fondos se busca prevenir nuevos episodios de contaminación.

En otro orden de cosas, se contempla una partida de 30.000 euros para iniciar los trabajos de revisión del discutido plan aragonés de saneamiento y depuración. Paralelamente en las Cortes de Aragón se podría iniciar una comisión de investigación al respecto.