La DGA hace un llamamiento al "sentido común" para que la población no confunda la gripe con el ébola y provoque una mayor saturación de los servicios de Urgencias de los hospitales y los centros de salud de Aragón. El director general de Salud Pública, Francisco Sancho, lanzó un mensaje de "tranquilidad" y aseguró que el departamento no está "preocupado" por las posibles consecuencias de la coincidencia del inicio, el próximo lunes, de la campaña de vacunación contra la gripe con la alerta sanitaria internacional causada por el virus del ébola.

Sancho recordó que, pese a que algunos de los síntomas de ambos virus son similares, existe un factor diferenciador fundamental. "Es difícil que se infecte una persona de ébola si no ha viajado a un país donde esté declarada esta enfermedad, Sierra Leona, Guinea Conakry o Liberia, o haya estado en contacto con un enfermo" y apuntó, en este sentido, que "si se tiene fiebre o dolor de articulaciones, de cabeza o de garganta, y si no se ha viajado a estos países o no se ha tenido contacto con ningún enfermo es de suponer que será gripe".

CASOS CONCRETOS En todo caso, Sanidad admite estar ante una campaña "diferente" aunque insistió en pedir que no se acuda a Urgencias si no es estrictamente necesario. "Salvo en casos muy concretos, para la atención de los pacientes con síntomas gripales no es necesario recurrir a los servicios hospitalarios de Urgencias, sino a los dipositivos de la red de Atención Primaria", insistió Sancho.

Aragón suministrará 255.000 vacunas contra la gripe durante una campaña que comenzará el lunes y durará hasta el 30 de noviembre, aunque las vacunas estarán disponibles en todos los centos hasta finales de febrero.

Con una inversión de algo más de 818.000 euros, el Gobierno de Aragón ha ahorrado en vacunas 89.544 euros respecto al año pasado por la compra centralizada junto a otras catorce comunidades autónomas --Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Castilla La Mancha, Valencia, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia, Navarra, La Rioja, Ceuta y Melilla.

Uno de los objetivos es llegar a un 30% o más de cobertura entre los profesionales de la sanidad. A pesar de que esta ha subido del 15% de hace tres años al 21% actual, la meta "no está conseguida", reconoció Sancho, que lamentó que "en casa del herrero, sartén de palo", aunque mostró su esperanza en que, en esta ocasión, el porcentaje de sanitarios vacunados crezca.

De las 255.000 vacunas compradas para la campaña, 165.000 son dosis fraccionadas y 90.000 intradérmicas, sobre todo para las personas mayores. La vacunación está recomendada para los mayores de 65 años con carácter general y para los menores de esta edad con algún factor de riesgo, como enfermedades pulmonares, cardiovasculares, metabólicas, hepáticas, renales, neuromusculares o neurológicas, las que producen inmunosupresión (incluido medicamentos, VIH o cáncer), obesidad mórbida o el implante coclear.

También es recomendable que se vacunen las mujeres embarazadas y las personas que pueden transmitir la gripe a grupos de riesgo, es decir, además de profesionales sanitarios, trabajadores de instituciones geriátricas o de centros de cuidados de enfermos crónicos y cuidadores principales de crónicos dependientes. A todos estos grupos se unen los profesionales de servicios esenciales a la comunidad, como los policías o los bomberos.

Sanidad prevé una evolución de la temporada de gripe "similar" a la de otros años y los picos epidémicos estarán, como habitualmente, "entre finales de enero y principios de febrero", expuso Sancho.