A diferencia del antiguo centro terapéutico de El Frago, sobre el que EL PERIÓDICO denunció que se encontraba con las puertas abiertas, en el caso del viejo reformatorio de El Buen Pastor se observa cómo el Gobierno de Aragón actuó en el 2013 para tapiar y sellar todos los accesos para evitar nuevos casos de vandalismo en el inmueble, pero los intrusos han perforado una de las paredes y acceden libremente al interior porque, entre otras cosas, nadie vigila el estado del edificio.