La visita de los Príncipes a Tarazona supone el reconocimiento al esfuerzo de una ciudad por defender su patrimonio, su historia en definitiva. Un acto que hizo del jueves un día de fiesta en la localidad y que servirá para difundir su belleza a toda España gracias a los medios de comunicación. Pero hoy Tarazona volverá a la normalidad, la catedral seguirá necesitando dinero porque aún queda mucho por hacer y los turiasonenses tendrán que seguir remando porque el paro les golpea duro. Pero la autoestima creció ayer y saben que, como con la catedral, hay fuerza para levantar también la ciudad.