Al cambio, o te adaptas o te quedas, no cabe otra reflexión. Y todo el tiempo que pierdes en intentar no adaptarte, es ineficiencia que generas para el futuro". Es la doctrina que está aplicando CAI para ajustarse "con inteligencia" a la reestructuración financiera, según lo expuesto ayer por el director general de la entidad y consejero delegado del banco Caja3, Luis Miguel Carrasco, que no dudó en criticar y reconocer los "desmanes" cometidos por algunas entidades del sector.

Así lo señaló durante su intervención en la jornada El papel de las cajas de ahorros en el desarrollo económico y social, organizada por CAI y Acción Social Católica en el Centro Joaquín Roncal.

Carrasco consideró que en el balance de pros y contras de la actual reforma financiera pesa lo positivo. "Vamos a acabar el proceso con una norma mucho mejor de la que teníamos, un nivel de exigencia de solvencia superior, más fortalecidas a nivel patrimonial y con más visibilidad en los mercados", subrayó.

En los años 70, recordó, hubo una evolución del modelo de las cajas que les permitió "competir en igualdad" con los bancos, "ahora además --agregó-- vamos a competir con el mismo vehículo y se nos reconocerá en los mercados exactamente igual". Carrasco no ocultó, sin embargo, sus críticas con ciertos comportamientos del sector. "No vamos a mirar a otro lado cuando vemos los desmanes que se han producido en algunas entidades que han llevado a las situaciones actuales. Se están defiendo cosas que a veces son indefendibles", concluyó.

Pese a los cambios, Carrasco abogó por "preservar lo esencial" del modelo de cajas: la obra social. Y apostó asimismo por hacer "un banco de las personas", centrado en sus trabajadores y en los clientes.