La aplicación de la jornada continua en los centros educativos aragoneses sigue siendo inviable. Al menos de momento. Así se desprende de la insistencia del Departamento de Educación en aplazar cualquier debate sobre este asunto, al menos, hasta la próxima legislatura. Pero es que la reticencia de la Administración a abrir cualquier vía se ha visto apuntalada en los últimos días con la realización de algunos informes que advertirían de un peor rendimiento escolar en alguna comunidad en la que sí se ha aplicado esta modalidad horaria.

De hecho, la Comunidad Valenciana ha decidido frenar la extensión de la jornada continua tras haber detectado un aumento en el número de repetidores en los colegios que aplican el programa piloto instaurado en el 2013-14.

La consejería de Educación valenciana anunció hace escasas semanas el aplazamiento "por motivos pedagógicos" de la generalización de esta jornada, que también era una reivindicación histórica del profesorado. Para su justificación, se basó en las conclusiones de la comisión de evaluación del programa experimental de de esta iniciativa, que advertía de que el horario de 9 a 14 horas no había obtenido buenos resultados académicos entre los escolares. La recomendación de no extender el programa experimental fue unánime.

FASE EXPERIMENTAL

En total, 31 colegios de Infantil y Primaria de la Comunidad Valenciana tienen instaurada la jornada continua y parece que no habrá más porque "no existen evidencias pedagógicas de los beneficios de la implantación de la jornada continua en el rendimiento académico del alumnado que puedan justificar la generalización del programa experimental", indicaron desde la consejería valenciana, que admite que aún no hay datos de los 22 centros que se han adherido al programa, que seguirá un año más en fase experimental.

Pero esa modalidad de jornada sí funciona en otras comunidades. De hecho, solo País Vasco, Cataluña y Aragón no tienen instaurado el horario continuo. En La Rioja, por ejemplo, el Ejecutivo dio luz verde en el 2006 a la normativa que permitía la libre elección de la jornada, pero el cambio debía estar respaldado por el 75% del Consejo Escolar de cada centro, aunque, posteriormente, se rebajó al 60%.

Casi una década después, el plan funciona. Así lo demuestra que solo tres de cada diez alumnos de primero a sexto de Primaria continuarán asistiendo a clase por la tarde el próximo curso, la mayoría de ellos en concertados. En la pública, solo un centro dispone de horario partido.

La DGA, por su parte, se mantiene firme en no abrir la puerta a la libre elección de jornada. Y eso que el actual Ejecutivo se mostró partidario a hacerlo en sus primeros años de mandato, pero, posteriormente, renunció a cualquier debate ante la magnitud de una polémica que se ha instalado en los centros. Muchos de ellos, incluso, ya han votado y han trasladado los resultados --favorables, en su mayoría, a la implantación de la jornada continua-- a Educación, pese a las continuas negativas de la DGA a darles validez.

EL MONZÓN III

En la comunidad, solo un colegio tiene jornada continua: el Monzón III, de manera experimental, desde el curso pasado. Los alumnos tienen clase de 9.00 a 14.00 y el horario se amplía hasta las 16.00 para los que se quedan al comedor.

"El aplazamiento de su implantación o no se decidió en base a poder tener un debate tranquilo entre todos los agentes implicados antes de tomar ninguna decisión", inciden fuentes del Departamento de Educación, que tampoco cierra la puerta a reabrir el debate en el futuro.

Antes, el la DGA debe aprobar una normativa específica que regule el modelo de jornada y los apoyos de profesores y padres necesarios para cambiar el horario. Pero, de momento, estos informes que alertarían ante un empeoramiento del rendimiento no hacen sino alimentar más las dudas del Ejecutivo.