La estatua ecuestre de Francisco Franco erigida en la Academia General Militar de Zaragoza (AGM) en 1948, fue retirada ayer de su pedestal, cuando casi se han cumplido 31 años desde la muerte del dictador. El desmontaje de la escultura, que Defensa trató de ocultar a los medios informativos, empezó a primeras horas de la mañana y concluyó sobre las dos y media de la tarde. A esa hora fue trasladada en un tráiler a una nave de la antigua Universidad Laboral, donde permanecerá durante un tiempo indefinido bajo la custodia del Museo de Zaragoza. Cubierta con plásticos blancos, la estatua, que es de grandes proporciones, presentaba un aspecto fantasmal sobre la plataforma del camión que la transportó por la autovía de Huesca y la ronda norte.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, ordenó a principios del pasado mes de julio que la imagen del dictador, dedicada a su etapa como director de la AGM entre 1928 y 1931, fuera retirada durante el verano, pero no precisó la fecha para evitar la presencia de los medios de comunicación.

Sin embargo, periodistas de prensa escrita, radio y televisión montaron guardia junto a la entrada principal de la Academia desde la 10.00 horas de ayer, dado que estaba prohibida la entrada al recinto castrense. Para evitar que la remoción de la imagen fuera observada, fotografiada y filmada desde el exterior, se colocaron a escasa distancia del pedestal dos camiones y una furgoneta del Ejército.

DESTRUCCIÓN DEL PEDESTAL Con todo, y pese a la doble hilera de árboles que tapa la entrada principal a la Academia, pudo verse cómo la estatua ecuestre era separada del pedestal por una grúa en torno a las 11.50 horas. A continuación, durante más de dos horas, se oyó el tableteo de los martillos neumáticos que redujeron a escombros el pedestal. La retirada de la figura ecuestre fue llevada a cabo por personal del Ejército y de la empresa Tragsa.

A las 14.30 horas, la escultura abandonó la instalación militar en un camión que la trasladó a la antigua Universidad Laboral, un edificio propiedad del Gobierno de Aragón donde permanecerá almacenada hasta que se le dé un destino definitivo. "Ahora forma parte de los fondos del Museo de Zaragoza, pero el propietario de la estatua es el Ministerio de Defensa", explicó ayer un responsable de la DGA.

La titularidad de la imagen se venía atribuyendo erróneamente al Ayuntamiento de Zaragoza, dado que la imagen fue sufragada por el consistorio de la capital aragonesa en la década de los 40 del pasado siglo, cuando la alcaldía estaba ocupada por Francisco Caballero.

La obra, esculpida por el artista Moisés de Huerta, debía haber sido costeada por suscripción popular, pero el dinero recaudado no bastó para cubrir el importe, que ascendió a un millón de pesetas, por lo que el consistorio aportó la cantidad que faltaba. En el espacio donde se hallaba el pedestal con la estatua ecuestre del dictador, se colocó ayer una bandera de España.

Pero no permanecerá vacío mucho tiempo, ya que el Ministerio de Defensa ha convocado ya un concurso de ideas para instalar un nuevo monumento en el mismo emplazamiento.

PROPOSICIÓN NO DE LEY El proyecto elegido será el que mejor recoja o exprese el papel que desempeñan las Fuerzas Armadas en la Constitución española, según manifestó ayer Defensa mediante un comunicado de prensa.

La suerte de la estatua ecuestre de Franco en la Academia de Zaragoza, una de las cinco que quedaban hasta ayer en toda España, estaba echada desde el 9 de febrero del 2005, cuando la Comisión de Defensa del Congreso aprobó una proposición no de ley que instaba al Gobierno a retirarla.

Según fuentes oficiales de Defensa, la retirada de la estatua fue un compromiso personal del ministro José Antonio Alonso ante una petición del delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández López, teniente coronel en la reserva. Solicitud que desoyó en su día el entonces ministro José Bono.

Las mismas fuentes confirman que no se retirará ningún otro monumento hasta tanto no sea aprobada la ley para la recuperación de la memoria histórica.

Tras consultar con Zapatero, Alonso encargó al delegado del Gobierno en Aragón que procediera a contratar la retirada de la estatua con la empresa Tragsa y que se hiciera en agosto. Se lo comunicó tras una entrega de despachos en la misma Academia General Militar de Zaragoza el pasado 7 de julio.