Las orquestas y los conjuntos de música están directamente relacionados con las fiestas de los pueblos y ciudades de Aragón. De forma que la caída de los presupuestos para festejos ha tenido un efecto catastrófico para los músicos. "Es el sector más perjudicado por los recortes en actividades culturales y lúdicas", asegura el representante de artistas Félix Cartagena.

"El efecto de la crisis es tan desastroso que desde el 2007 el caché de los que se dedican a la música ha bajado entre un 30% y un 50%", asegura. "Si a eso le añadimos el IVA al 21% y el endurecimiento de la normativa sobre espectáculos a raíz de la estampida del Madrid Arena, el panorama es desolador, casi terminal", subraya.

Cartagena reconoce que los ayuntamientos están pasando por un momento. Y también que el paro, "que a veces afecta a la mitad de los vecinos", obliga a reducir gastos en actividades lúdicas. Pero agrega enseguida que "lo que no es de recibo es que el Gobierno central y el autonómico agraven todavía más la situación subiendo impuestos y dificultando la celebración de eventos musicales".

Tampoco le extraña que muchas localidades, grandes y pequeñas, hayan recurrido a las discomóviles, "lo más barato del momento". Pero recuerda que los músicos que se lanzan a la carretera para tocar en las fiestas de los pueblos "tienen un efecto positivo sobre la economía de las zonas en las que actúan".

"Una orquesta está compuesta por técnicos, músicos, montadores, chóferes...", explica. "Y todos ellos comen y se alojan en restaurantes y hoteles locales, con lo que contribuyen a mantener esos negocios", añade.

Sin embargo, Braulio Gracia, concejal de Festejos de Calatayud, considera que el problema es que los artistas más cotizados apenas han bajado su caché y que las primeras figuras siguen cobrando 45.000 euros. "Es difícil encontrar grupos buenos que sean asequibles", afirma.