Al contrario de lo que muchos piensan, el ser humano es bueno por naturaleza. Tan bueno que coopera según las experiencias previas que ha vivido y no buscando un beneficio propio concreto. Esta es la conclusión a la que han llegado con un estudio realizado entre la Universidad de Zaragoza y la Universidad Carlos III de Madrid.

Los autores del trabajo, publicado en el último número del Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos, son los profesores del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos (GISC) del Departamento de Matemáticas de la UC3M, José Cuesta y Ángel Sánchez, junto a Carlos Gracia, Alfredo Ferrer, Gonzalo Ruiz, Alfonso Tarancón y Yamir Moreno, del BIFI de la Universidad de Zaragoza

Es el mayor estudio realizado hasta el momento en tiempo real sobre cooperación en sociedad. Para su realización han participado más de 1.200 alumnos de bachillerato de Aragón. Estos jóvenes interactuaron en tiempo real a través de un prototipo del Dilema del Prisionero. Este juego afirma que el mayor beneficio para las personas que interactúan se produce cuando ambas colaboran, pero si una colabora y la otra no, ésta última tiene más beneficio que la que coopera.

EN TIEMPOS DE CRISIS La principal conclusión a la que han llegado los investigadores es que en una situación en la que cooperar con los demás es beneficioso, es irrelevante el tipo de organización o estructura social de las personas involucradas. Este análisis ha obligado a realizar un cambio de paradigma en lo referente a las investigaciones habidas hasta el momento ya que contradice lo que en primer lugar sostenían muchos investigadores que se basaban en estudios teóricos. "En realidad, la cooperación va contra las propias posibilidades de supervivencia del individuo; por tanto, evolutivamente, los que ayudan a los demás irían desapareciendo, dado que gastan sus propios recursos en los otros", declara Moreno. Pero el ser humano no sólo se preocupa por sí mismo y su propia supervivencia.

Desde que la crisis aprieta en este país y en concreto en esta comunidad, la cooperación se ha puesto de moda. Por ejemplo, la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) ha impulsado una iniciativa que se desarrolla desde los años noventa, los bancos del tiempo. El fin de estos trueques es crear una red de intercambios de tiempo y de servicios entre los ciudadanos que participen. "Tú me arreglas la lavadora y yo te arreglo una instalación eléctrica", "yo te enseño a cocinar y tú me enseñas a planchar", por ejemplo. Este hecho está muy vinculado a lo que este estudio revela. Los que participan en estos bancos de tiempo no buscan solamente un beneficio propio, porque siempre van a estar a la disposición de otras personas que necesiten su ayuda o servicios. Hoy por ti y mañana por mí.

COOPERADORES Con este estudio se puede comprender cómo toman decisiones las personas y ayudará también a determinar el contexto en el que las toman. Los investigadores afirman que ahora "no hay que preocuparse por la estructura organizativa, lo que hay que crear es entornos de cooperadores". Así, "entender por qué hacemos una cosa u otra puede ayudar a diseñar incentivos que induzcan a la gente a cooperar".

Por esta razón, en tiempo de crisis o no, lo que está muy claro según los investigadores de este estudio es que, sin cooperación la sociedad no se sostendría de ninguna manera. "Las leyes de tráfico implican cooperación, como lo es declarar nuestros ingresos para que los impuestos sobre la renta se puedan repartir entre todos", declara Yamir Moreno.