Todo el mundo puede cometer un error en unos rígidos protocolos de seguridad. Y el jueves por la noche quedó claro cuando ingresaron las dos esteticistas que depilaron a Teresa Romero y que acudieron a ingresarse voluntariamente al Carlos III. En el hospital hay un ascensor para los empleados y hay uno de uso exclusivo para enfermos. La subdirectora médica del Carlos III, Yolanda Fuentes Rodríguez, utilizó el ascensor del personal sanitario para subir con las dos mujeres a la quinta planta.