El zaragozano Alberto López tiene 33 años y es graduado en Magisterio, pero su vida laboral está plagada de empleos «breves, precarios y mal pagados». Ha trabajado haciendo encuestas, de promotor para oenegés, de comercial... «Es muy difícil salir de este círculo vicioso. Si quieres trabajar y no irte fuera de España, es lo que hay», dice con resignación.

Actualmente es uno de los cerca de 2.000 empleados que tiene en Zaragoza la firma de telemárketing Arbato-Qualytel, conocida por sus malas prácticas laborales. «De un día para otro aquí se van 200 trabajadores a la calle y a los pocos días entran otros tantos para formarse. La rotación es bestial», asegura este joven, que prefiere utilizar un nombre ficticio por miedo a poner en peligro su empleo: «No creo que dure mucho, pero necesito este trabajo para ganarme la vida. Si lo pierdo, creo que tendré volver a casa con mis padres». En este centro de trabajo, situado en el edificio El Trovador y que presta servicios a Vodafone, los conflictos laborales «son constantes», con contratos y prácticas laborales «que bordean el fraude de ley».

Ante esta situación, denuncia que la legislación laboral permita a las empresas «hacer lo que quieren sin ningún tipo escrúpulo». Además, tampoco cree que la bajada del paro que se viene produciendo en Aragón y en España en los últimos tiempos sea real, ya que se debe a que «la gente joven se está yendo al extranjero» y a los «contratos míseros» que proliferan. J. h. p.