La huelga de examinadores de Tráfico ha cumplido esta semana los 13 días y está causando estragos, no solo entre los alumnos, sino también entre las autoescuelas. Y es que económicamente salen perjudicadas: «Estamos ante una situación agónica. Si esto sigue así, a partir de septiembre va a haber despidos. Las autoescuelas tenemos que hacer frente a nuestras obligaciones tributarias y así no se puede», señala Antonio Maza, propietario de la autoescuela Driving School, en el punto de encuentro de examinadores y alumnos de Gómez Laguna. A las 11.15 horas, tenían que haber iniciado las pruebas y examinadores y alumnos brillaban por su ausencia.

La presencia de alumnos en las aulas es menor desde que el 19 de junio comenzó la huelga. «Junio y julio es temporada alta para nosotros y este año tenemos la mitad de inscripciones que años anteriores», apunta Maza. El problema ya no reside únicamente en que baja el número de interesados en sacarse el carnet, sino que el servicio que se les ofrece a los que, una vez aprobado el examen teórico, quieren sacarse el práctico, es de peor calidad. «Los estudiantes no dan clases hasta que no saben seguro que se van a examinar, y cuando les avisan dedican tres o cuatro días intensos, pero para entonces ya han perdido el ritmo y la confianza», comentó Amadeo González, profesor de la Autoescuela Diesel. La demanda es cada vez menor y tanto alumnos como profesores se ven afectados por la huelga de examinadores. «La situación nos perjudica tanto a profesores como alumnos.

Los estudiantes cortan su ritmo de aprendizaje, y los que consiguen examinarse no están bien preparados y suspenden», comentó José Antonio García, profesor de la autoescuela Apolo. El porcentaje de aprobados está bajando considerablemente. Según los profesores de las autoescuelas, tan solo un 23% de los alumnos consigue pasar la prueba. La causa no es únicamente que estén «peor preparados», sino también el aumento de exigencia por parte de la Unión Europea con el que están de acuerdo los profesores ya que, como afirman, «lo primero es la seguridad vial y cuanto mejor preparados estén mejor».

AGLOMERACIONES

El viernes pasado un grupo de futuros moteros se examinó en las pistas de la Dirección General de Tráfico (DGT) de la carretera del Aeropuerto. Era ya la segunda vez que acudían allí. «La primera nos mandaron a casa porque no había examinadores. A los que les correspondía hacer la prueba no van a poder porque se va acumulando la gente», aseguraba uno de ellos.

El 5 de julio, Almudena Galicia, una joven de 23 años que necesita el permiso para ir a trabajar, viajó desde La Puebla de Alfindén hasta Zaragoza y le comunicaron que no podía hacer el examen. «Me han vuelto a convocar para el día 27. Espero hacer la prueba porque me urge para dejar de depender de que mi madre me haga de chófer». La urgencia de alguno de los alumnos por sacarse el carnet, bien sea por motivos de trabajo, o porque, como afirma otro joven Jorge Martínez: «Tengo programadas mis vacaciones y no puedo estar pendiente todo el verano de cuando me van a convocar». Los alumnos consideran injusta esta situación, sobre todo para aquellos que les corre prisa conseguir su licencia.