La industria del automóvil española es la envidia de Europa. En unos años ha pasado de ver cómo algunas fábricas estaban seriamente amenazadas a iniciar un camino de aumento de producción que siguió en el primer semestre al alcanzar los 1,5 millones de vehículos ensamblados, un 12% más que en la primera mitad del 2014. La fiesta de la industria de automoción seguirá en los próximos meses, aunque algunas factorías reducirán la velocidad.

El sector del automóvil se prepara para superar un bache pasajero y coyuntural a la vuelta de las vacaciones de verano. Para ello se aplicarán diferentes medidas de flexibilidad interna y, en algunos casos, prescindirán de centenares de trabajadores eventuales y enviarán a casa operarios durante unos días mediante expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales.

Entre las fábricas que ya han actuado con previsión y han tomado medidas de precaución para reducir o ajustar la intensidad de la producción que habían previsto se encuentran la de Seat de Martorell, la de Nissan en Barcelona, la del grupo PSA (Peugeot-Citroën) en Vigo y la de General Motors en Zaragoza. Las medidas de mayor calado se aplicarán en Vigo y Zaragoza, en las que se pondrán en marcha sendos ERE temporales (30 días en General Motors y 10 en Peugeot-Citroën) acompañado en el caso de PSA con 110 bajas voluntarias para reducir un excedente de plantilla y rejuvenecerla.

EFECTO DEL DESPLOME EN RUSIA

La situación en la planta aragonesa es coyuntural, ya que en el primer semestre se han fabricado 220.000 vehículos de sus tres modelos (Corsa, Meriva y Mokka), si bien en la segunda parte del año se prevé un ligero descenso. Será entonces cuando se aplicarán los 26 días que restan al ERE (hasta el mes de julio se ejecutaron cuatro jornadas).

Tanto en Vigo como en Zaragoza, las compañías alegan que las ventas de los modelos que fabrican serán algo menores debido al desplome del mercado automovilístico de Rusia o a una aceptación comercial más moderada de lo que habían planificado.

Mientras, Seat tiene que digerir internamente el efecto que ha provocado la decisión de dejar de producir el modelo Altea y todas sus variantes (XL y Freetrack) a mediados de julio. La decisión de dejar de producir el Altea, que se tomó al año pasado y se planificó para la semana número 28 del 2015, restará unas 20.000 unidades al año a la línea de producción de Martorell, por lo que ha sido necesario recolocar a los empleados destinados a producir ese vehículo en el resto de la gama: León, Ibiza y Audi Q3.

PUZLE EN SEAT

El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, reconoce preocupación por las cargas de trabajo de futuro, un "puzle" que Volkswagen resolverá previsiblemente en septiembre. El grupo ya ha tomado la decisión de producir en Martorell el Audi A1 pero sopesa trasladar a otra planta el Q3, un modelo con un volumen similar en unidades pero de mayor margen de beneficio. "Si el grupo trae el A1 y se lleva el Q3, necesitaremos un modelo adicional para llenar la fábrica", dice Carnero.

La situación en Nissan es muy coyuntural ya que ha dejado de producir la furgoneta Primastar y sus variantes Renault Trafic y Opel Vivaro, al asumir Francia la nueva generación del modelo, y está preparando la línea de producción y la plantilla para empezar el montaje, a partir de noviembre de una nueva pick up que sustituye al Navara, que también se ha dejado de producir. Aunque en el conjunto del año espera más producción, la firma ha tomado varias medidas para afrontar el bache hasta que llegue el nuevo modelo.