No le ha sentado nada bien al teniente de alcalde de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza, Roberto Fernández, que los trabajadores de los servicios sociales municipales le planteen un ultimátum por la sobrecarga de trabajo a la que están expuestos y el caos que auguran en el área si no incorpora refuerzos. Hoy mismo tienen una reunión para abordar esta cuestión, pero ayer provocó que este estallara para afirmar que está de acuerdo con que hacen falta más empleados pero que, de ninguna manera, se le puede achacar a su gestión. Que él admite esta carencia pero que es responsabilidad de las áreas de Hacienda y Personal la de impulsar nuevas contrataciones.

Fernández se defendió diciendo que la labor de todo el área es "excepcional", haciendo frente a una demanda de ayudas de urgencia que en el último año "se ha incrementado en un 63%", y que él y los 500 empleados que pertenecen a su departamento han conseguido ejecutar "el 97% del presupuesto" asignado, 51,8 sobre 53 millones. "No habrá tal caos cuando somos capaces de gestionar todo ese dinero. Esto es lo que es la carga de trabajo, no por una gestión negligente", destacó.

Además, recordó que la ayuda de la comunidad autónoma, en este sentido, es inexistente, que él mismo ha "dado continuidad a los trabajadores que dependían de un convenio con el IASS a pesar de que no se había firmado", o que impulsó un plan de choque para reforzar estos servicios municipales con más trabajadores pero que estos "no cubren las altísimas necesidades que los ciudadanos han puesto sobre la mesa". Así que prometió hacer "todo lo posible" pero subrayó que no está en su mano "cubrir bajas de larga duración" como le exigen.