Figueruelas es actualmente la principal planta de Opel. Su producción representa casi el 40% de todos los coches fabricados por la marca alemana, por lo que cualquier cambio en la compañía tendrá un efecto directo en la factoría aragonesa, que emplea de forma directa a unos 5.500 trabajadores.

El anuncio de la posible compra por parte de PSA se produce además en un año clave para la planta, ya que afronta dos nuevos lanzamientos: el Crossland X, sustituto del Meriva y que se empezará a fabricar tras Semana Santa, y el Citroën C3 Picasso, que comenzará a ensamblarse después del verano. A ellos se suman el Corsa y el Mokka, por lo que la factoría confía en superar las cifras de producción del 2016 (360.000 vehículos).

De hecho, el director general de GM España, Antonio Cobo, señaló recientemente en rueda de prensa que la planta vive el mejor momento de toda su historia.

Toda esa carga de trabajo, que se traducirá en más de 400.000 vehículos producidos este año y que podría superar las 480.000 unidades en el 2018, se verá reflejada en la contratación. De hecho, el mes pasado se incorporaron 189 nuevos trabajadores a la fábrica y está previsto que a lo largo del 2017 y del 2018 la cifra ronde entre los 500 y 600 empleos netos.