Como una «disolución judicial» que no tiene nada de voluntario. Así definió Manuel Giménez Larraz, hijo del dirigente popular asesinado en Zaragoza el 6 de mayo del 2001, el punto final que ha marcado la banda terrorista ETA. Por eso pidió que el Estado no negocie con quienes basan su discurso «en pistolas» ni con aquellas fuerzas políticas que sustenten su «fuerza emocional» en un «pasado del terror». En este sentido, precisó que solo desde el respeto absoluto a los valores constitucionales se puede afrontar esta nueva etapa.

Como hoja de ruta llamó a una «deslegitimación política de los modelos que han fomentado los violentos y su entorno» al considerar que la legitimidad moral está del lado de los que no han asesinado, extorsionado, «ni jaleado las acciones terroristas».

En una emotiva intervención en las Cortes de Aragón con motivo del homenaje anual a la figura de su padre, el presidente del PP Manuel Giménez Abad, evidenció la necesidad de no abandonar la pedagogía política. «Los terroristas no se han convertido de forma espontánea a los mecanismos de participación, se disuelven por el pulso que hemos mantenido contra ellos los demócratas, derramando sangre con mucho dolor y rabia», afirmó. Además destacó que España puede estar orgullosa por haber «arrinconado» a ETA gracias a la firmeza de sus convicciones.

Giménez Larraz insistió en que la unidad de las diversas fuerzas políticas del país debe seguir como hasta ahora. «Reconozco que los políticos han estado a la altura de las circunstancias», aseveró. En este sentido, recordó que ha estado en juego «el pilar fundamental de la convivencia». Así mismo alertó sobre la prevalencia de un «nacionalismo étnico» que puede poner en riesgo la noticia confirmada por ETA después de haber causado «la mayor tragedia de la historia contemporánea» en este país.

valores democráticos / El también presidente de la fundación parlamentaria que lleva el nombre del político popular recordó que su padre «fue asesinado por representar los valores democrático, por representar aquellos valores sobre los que se debe organizar nuestra convivencia, los únicos posibles para organizar nuestra sociedad». Por eso destacó que la palabra «paz» no puede llevarse por delante a la Justicia» en los próximos meses.

Giménez Larraz evocó el día del asesinato explicando que bajo «un cielo azul» descubrió que las malas noticias «no siempre llegan en días oscuros». Por eso agradeció el apoyo que siempre han sentido «de los aragoneses» y destacó que la fundación siempre ha recibido la colaboración de la clase política.

En el acto de homenaje también intervino la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, quien lanzó un mensaje de confianza «en el futuro colectivo» y reconoció que Giménez Abad encarnó «una visión pública y privada de la tolerancia que no se debe dejar de reivindicar». Además defendió la «pluralidad ideológica» y el «uso de la palabra» para defender posiciones políticas.