Las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez a la secretaría general en Ferraz supusieron un batacazo en la capital aragonesa para el equipo de Javier Lambán. La candidatura de Dueso, que dirige la agrupación con más militantes en Zaragoza, ponía en jaque el liderazgo de quienes dirigen el grupo municipal y, con ellos, al propio Lambán.

La provincia de Teruel era una de las importantes incógnitas a despejar en el seno del PSOE aragonés y el resultado parece devolver las aguas a su cauce tras un año convulso en el que la militancia turolense no siempre estuvo del lado del líder en la comunidad autónoma. Ahora no se prevé marejada allí.

El apoyo manifiesto de la plana mayor altoaragonesa a la candidatura de Carmen Dueso evidenció durante la campaña la importante fractura que existe entre los dirigentes de la provincia de Huesca y la cúpula que arropa a Lambán en el PSOE-Aragón. La guerra está más abierta que nunca y ahora será objetivo prioritario suturar esas heridas que son evidentes.

El secretario general del PSOE aragonés ya puede preparar con más calma la apuesta del partido de cara a las elecciones del 2019. Renovar, o no, candidatos, así como preparar un proyecto de futuro con su impronta, y no tener que asumir las decisiones de una dirección distinta. Era una de las consecuencias de esa bicefalia que Lambán quería evitar.

El Gobierno de Aragón ya puede respirar tranquilo. Fue el propio Javier Lambán quien supeditó a su victoria la convocatoria o no de elecciones anticipadas en la comunidad autónoma y ahora la militancia se la ha concedido. Por el mismo argumento puede ser, además, interpretado como que el partido avala y le da respaldo a su gestión. Y eso disipa las alarmas.