El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, admitió ayer que el Ejecutivo «lamenta» y «siente» las cargas policiales del 1-O. «Si hubo incidentes, todos lo sentimos [...] Si las personas sufrieron esas consecuencias, todos lo lamentamos», afirmó. Méndez de Vigo hizo esta reflexión ante una pregunta sobre si la Moncloa estaría dispuesta a seguir la senda marcada por el delegado del Gobierno, Enric Millo, que había pedido públicamente disculpas. «Lo que haya dicho bien dicho está», respondió el portavoz.

Eso sí, el ministro recordó que los policías y guardias civiles actuaron bajo mandato judicial y porque los Mossos d’Esquadra, el cuerpo competente, «no llevaron a cabo esa labor». Asimismo señaló que la actuación de las fuerzas de seguridad nacionales se dirigieron a «evitar la votación» y «no contra las personas».

Este gesto de la Moncloa se suma a las palabras de Millo y también a la carta que una decena de altos mandos del Cuerpo Nacional de Policía envió, en la que pedían disculpas por la actuación en un dispositivo «catastrófico».

En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, todas las preguntas volvieron a versar sobre el desafío independentista y sus consecuencias políticas, económicas y sociales. Pese a las presiones de otros partidos, como Ciudadanos, y algunas voces, como las de Alfonso Guerra y José María Aznar, que piden mano dura ya a Mariano Rajoy, el portavoz señaló que el jefe del Ejecutivo actuará «cuando tenga que actuar» y evitar así una eventual declaración unilateral de independencia.

En sus respuestas, Méndez de Vigo volvió a recordar lo dicho la víspera por el presidente del Gobierno en una entrevista de la agencia Efe: la vuelta al diálogo debe empezar por el Parlamento catalán, con los partidos de la oposición: «Hay que sellar la fractura y sería bueno hacerlo ahí».

El Consejo de Ministros no aprobó ayer nuevos acuerdos para paralizar el proceso secesionista, más allá del decreto que permite a las empresas un cambio exprés de su sede.

Millo se disculpó en una entrevista en TV-3. «Lo lamento muchísimo y pido excusas», dijo. «Cuando he visto las imágenes, y sé que hay personas que han recibido golpes, empujones y hay una persona en el hospital, solo puedo pedir disculpas», señaló. Aun así, el delegado acusó al Gobierno catalán y al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de haber animado a los ciudadanos a ir a votar el pasado 1 de octubre cuando sabía que había una orden judicial para impedirlo.