Pedro Santisteve ha puesto en jaque la legislatura después de que ayer el Gobierno de la ciudad decidiera de forma unilateral modificar la composición de los consejos de administración de las sociedades municipales, convirtiéndose en un socio único. Esto significa que tendrá el poder y el control absoluto del devenir de las mismas, eliminando la representatividad de los grupos de la oposición. A partir de ahora, Zaragoza en Común (ZeC) será dueño y señor de todas las decisiones que se tomen en los consejos de administración y no necesitará del apoyo del resto de formaciones para poner en marcha cualquier proyecto ya que, tras la maniobra del equipo de Gobierno, tendrán la mayoría absoluta que no le dieron las urnas.

Los consejos de administración pasarán a tener entre diez y doce miembros, de los que solo cuatro serán de la oposición, uno por grupo, tras haber sido cesados los actuales. Como era previsible, esta decisión no gustó nada en la oposición y hace tambalear, todavía más, la escasa estabilidad que vive el Ayuntamiento de Zaragoza. No hay que olvidar que ZeC está gobernando gracias al apoyo del PSOE y CHA

DECISIÓN

Para justificar este «golpe democrático», como lo calificó la oposición, con el ánimo de controlar Ecociudad, Zaragoza Vivienda, Zaragoza Cultural y Zaragoza Deporte, que mueven 70 millones al año, ZeC se ampara en la Ley de Capitalidad, en vigor desde el 31 de diciembre. Es cierto que la norma contempla la vía de convertirse en un socio único, pero la Ley de Bases de Régimen Local ya lo incluía y, desde el 2013, cualquier junta de gobierno podía haber utilizado la fórmula de constituirse en junta general para asumir «íntegramente» el control de las sociedades, como ha decidido hacer ZeC.

Se trata, por tanto, de una opción cuya aplicación depende de una decisión del órgano municipal, no de una «obligación», como aseguraron desde el Gobierno municipal.

El portavoz de ZeC, Pablo Muñoz, explicó que esta actuación viene motivada por la situación de «bloqueo» que vive el equipo de la ciudad para sacar adelante proyectos como la reforma del antiguo cuartel de Pontoneros, que no ha contado con los apoyos suficientes en las tres veces que se ha sometido a votación.

También le permite a ZeC reconquistar la presidencia de Ecociudad (hasta ayer dirigida por el PP por elección democrática del consejo de administración), sociedad que gestiona la depuración de aguas y que Santisteve abandonó, a la vez que lo hizo Teresa Artigas (entonces vicepresidenta) y Muñoz. Ahora, además de volver a gestionarla, el alcalde recupera su presidencia y el concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, se convierte en el nuevo vicepresidente. El resto de asientos los ocuparán miembros de ZeC, que no concejales.

Santisteve podrá, después de muchos intentos, cesar al gerente de Ecociudad, Miguel Ángel Portero, así como no renovar el contrado del letrado asesor, a punto de caducar. Dos objetivos que llevan tiempo tratando de conseguir porque «no gozan de nuestra confianza», recordó Muñoz.

«Hay causas políticas que han provocado un bloqueo sistemático por parte de algunos grupos», aseguró Muñoz, que alardeó de que, a partir de ahora, «la ciudad está a salvo del bloqueo, especialmente del PSOE y el PP».

ECOCIUDAD

El portavoz del grupo matizó que la situación que se vive en Ecociudad «nos ha llevado a tomar esta decisión», una vez que la Fiscalía no ha visto delito alguno en la gestión del alcalde de la sociedad, como le atribuía un informe jurídico tras la comisión de investigación realidad, a petición del PSOE.

Según Muñoz, la avería en un digestor de la depuradora de La Almozara ha demostrado que el PP estaba «utilizando» la sociedad como herramienta política. «Fue la gota que colmó el vaso. Es inadmisible y hay que recobrar la normalidad», explicó. Y para ello, qué mejor que cesar a la presidenta, hasta ahora María Navarro (PP), y a los consejeros de los grupos municipales. Sin embargo, esta posible afección se «veía venir» desde hacía casi dos años, como declaró la concejala Teresa Artigas, con ZeC al frente de la gestión. Desde el grupo habían solicitado la convocatoria de un consejo extraordinario para tratar de recuperar la sociedad y cesar al gerente. No ha hecho falta su celebración.

Las formaciones, que ayer acusaron al alcalde de dar un «golpe democrático» en el ayuntamiento, algo «histórico», para sacar adelante proyectos que no han contado con mayorías, conocieron la noticia a través de una carta que envió la vicealcaldesa, Luisa Broto, que no el primer edil, que ayer no se dejó ver por la casa consistorial.